
3 de junio de 2025 a las 12:15
Remesas a la baja: ¿Qué significa para México?
La sombra de la incertidumbre se cierne sobre millones de hogares mexicanos. El flujo vital de remesas, ese puente económico que une a familias separadas por la frontera, ha sufrido un golpe inesperado. Un descenso del 12.1% anual en abril, una cifra que no se veía desde septiembre de 2012, enciende las alarmas y nos obliga a analizar las causas de este preocupante fenómeno. El temor, como un virus silencioso, se propaga entre nuestros compatriotas en Estados Unidos. Las políticas migratorias más restrictivas, la amenaza constante de la deportación, los obligan a vivir en las sombras, limitando sus oportunidades laborales y, por consiguiente, su capacidad de enviar dinero a sus familias.
No se trata simplemente de números en una hoja de cálculo. Detrás de cada dólar enviado, hay una historia de sacrificio, de esperanza, de anhelo por un futuro mejor. Son los padres que trabajan incansablemente para que sus hijos tengan acceso a la educación, los hijos que ayudan a sus padres ancianos a cubrir sus necesidades básicas, las familias que luchan por construir un patrimonio en su tierra natal. Cada remesa representa un pedazo de futuro, un alivio en medio de la adversidad.
La propuesta de un impuesto del 3.5% a las remesas, como una espada de Damocles, se cierne sobre la cabeza de quienes dependen de estos envíos. Una medida que, de implementarse, podría agravar aún más la situación, reduciendo el volumen de envíos y asestando un duro golpe a la economía familiar. ¿Es justo castigar a quienes con su esfuerzo y dedicación contribuyen al desarrollo de ambos países?
Si bien el promedio de remesas por hogar aumentó en dos dólares respecto al mes anterior, alcanzando los 385 dólares, la tendencia a la baja en términos anuales es innegable. Una caída del 4.4%, la mayor desde marzo de 2016, nos muestra la fragilidad de este pilar fundamental para la economía mexicana.
A pesar del panorama sombrío, un rayo de esperanza se asoma entre las nubes. El crecimiento anual del 4.83% en las remesas medidas en pesos, aunque ajustado por la inflación se reduce a un 0.86%, demuestra la resiliencia de las familias mexicanas y su capacidad para adaptarse a las circunstancias adversas. Las remesas siguen siendo un motor esencial para el consumo interno, inyectando dinamismo a la economía y brindando un respiro a millones de hogares.
Es imperativo que las autoridades de ambos países trabajen en conjunto para encontrar soluciones que protejan los derechos de los migrantes y faciliten el envío de remesas. No podemos permitir que el miedo y la incertidumbre sigan erosionando este puente vital que une a familias y naciones. El futuro de millones de mexicanos depende de ello.
Fuente: El Heraldo de México