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3 de junio de 2025 a las 11:35

Nubarrones económicos para el sector privado.

La economía mexicana se encuentra navegando en aguas turbulentas, y los pronósticos de los expertos no pintan un panorama alentador a corto plazo. De acuerdo con la última encuesta del Banco de México, las expectativas de crecimiento para el PIB en 2025 se han revisado a la baja por sexto mes consecutivo, pasando de un ya modesto 0.20% a un aún más preocupante 0.18%. Este descenso constante refleja la creciente incertidumbre y los desafíos que enfrenta el país.

No solo el crecimiento se ve afectado, sino que la inflación, el enemigo silencioso que erosiona el poder adquisitivo de las familias mexicanas, también se prevé que aumente. La estimación para la inflación general anual en 2025 se ha elevado de 3.80% a 3.90%, sumando dos meses consecutivos al alza. Este incremento, aunque parezca pequeño, impacta directamente en el bolsillo de los consumidores y complica la planificación financiera tanto de las familias como de las empresas.

La preocupación no se limita a 2025. Las perspectivas para 2026 también se han deteriorado, con una proyección de crecimiento del PIB del 1.41%, inferior al 1.50% estimado previamente. La inflación, aunque se espera que disminuya ligeramente en comparación con 2025, se mantiene en un nivel preocupante del 3.77%, superior al 3.74% pronosticado el mes anterior. Esto sugiere que la economía mexicana podría enfrentar un periodo prolongado de bajo crecimiento y presiones inflacionarias.

Janneth Quiroz, una voz autorizada en el análisis económico, señala que estos pronósticos reflejan los importantes retos que enfrenta la economía mexicana. Factores de riesgo, tanto internos como externos, están mermando las expectativas de crecimiento y generando un clima de incertidumbre. Entre estos factores se encuentra el deterioro del clima de negocios, que se espera empeore en los próximos seis meses, según la percepción de los analistas. Este pesimismo se ve reforzado por el hecho de que la gran mayoría de los expertos, un abrumador 98%, considera que la situación económica actual no es mejor que la del año pasado.

Este panorama sombrío nos obliga a preguntarnos: ¿cuáles son las causas detrás de este estancamiento económico? ¿Qué medidas se pueden implementar para revertir esta tendencia y retomar la senda del crecimiento sostenido? La respuesta a estas preguntas es compleja y requiere un análisis profundo de la coyuntura económica, política y social del país. Sin embargo, es evidente que se necesitan acciones concretas y coordinadas para impulsar la inversión, fomentar la creación de empleos y controlar la inflación. El futuro de la economía mexicana depende de la capacidad del gobierno, el sector privado y la sociedad civil para trabajar juntos en la búsqueda de soluciones efectivas y duraderas. El tiempo apremia y la necesidad de actuar es inminente.

Fuente: El Heraldo de México