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4 de junio de 2025 a las 01:05
Myriam Urzúa: Emergencias atendidas en tiempo récord
La Ciudad de México, una metrópoli vibrante y en constante movimiento, se enfrenta a un desafío recurrente: las intensas lluvias que, potenciadas por el cambio climático, ponen a prueba su infraestructura y la capacidad de respuesta de sus habitantes. Las recientes precipitaciones, que anegaron calles y avenidas, nos recuerdan la importancia de la prevención y la coordinación entre autoridades y ciudadanía.
La arquitecta Myriam Urzúa Venegas, titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC), ha sido la voz que ha guiado a la ciudad a través de la tormenta. Sus palabras, firmes y tranquilizadoras, detallan la activación del protocolo Traloque, una compleja coreografía de respuesta que involucra a diversas dependencias: desde el Sistema de Aguas (Sacmex), con su incansable labor de desazolve, hasta el Heroico Cuerpo de Bomberos, siempre listos para enfrentar cualquier contingencia. La Secretaría de Seguridad Ciudadana y el C5, con su ojo vigilante desde las alturas, completan este equipo que trabaja sin descanso para proteger a la ciudad.
Imaginemos por un momento el centro de control del C5, un panal de actividad donde las pantallas iluminan los rostros atentos de los operadores. Cada punto en el mapa representa una posible emergencia, un llamado de auxilio que debe ser atendido con la mayor celeridad. Las cámaras, como ojos omnipresentes, recorren las calles inundadas, identificando zonas de riesgo y guiando a los equipos de rescate.
La arquitecta Urzúa Venegas, en su entrevista con Adriana Delgado en Heraldo Radio, explicó con claridad el sistema de alertas, un semáforo que va del amarillo al rojo, indicando la intensidad de las lluvias y las medidas a tomar. El amarillo, una llamada a la precaución, nos invita a estar atentos al cielo, a preparar nuestros hogares y a evitar salidas innecesarias. El naranja, un signo de alerta, nos insta a resguardarnos, a alejarnos de árboles y postes que podrían ceder ante la fuerza del viento. El rojo, la máxima alerta, nos exige permanecer en un lugar seguro, esperando a que la tormenta amaine.
La secretaria reconoció la insuficiencia del sistema de drenaje profundo, una herencia del pasado que lucha por mantenerse a flote ante la creciente intensidad de las lluvias. Sin embargo, destacó los esfuerzos constantes de la Secretaría del Agua y las alcaldías para mantener el sistema en óptimas condiciones, una tarea titánica que requiere inversión y conciencia ciudadana.
Más allá de la infraestructura, la clave está en la prevención. La SGIRPC, a través de redes sociales, medios de comunicación y grupos vecinales, difunde recomendaciones que pueden salvar vidas: evitar zonas de riesgo, asegurar objetos que puedan ser arrastrados por el viento y, sobre todo, mantenerse informado.
La respuesta a las recientes lluvias, con más de 143 reportes atendidos en tiempo récord, demuestra la eficiencia del protocolo Traloque y el compromiso de las autoridades. Pero la tarea no termina ahí. La preparación ante las lluvias es una responsabilidad compartida, un pacto entre la ciudad y sus habitantes. Debemos ser conscientes del poder de la naturaleza y actuar con responsabilidad, siguiendo las indicaciones de las autoridades y cuidando unos de otros. Solo así podremos navegar con seguridad las tormentas que, inevitablemente, volverán a azotar nuestra ciudad.
Fuente: El Heraldo de México