La polémica envuelve nuevamente a Los Tucanes de Tijuana. No es la primera vez que la agrupación, famosa por éxitos como "La Chona" y "El Amor Soñado", se encuentra en el ojo del huracán por la interpretación de narcocorridos. Esta vez, el escenario fue el Palenque de la Feria de Santa Rita en Chihuahua, donde, a pesar de las advertencias y la creciente ola de sanciones contra este tipo de música, desafiaron la normativa y entonaron temas que hacen apología del delito. Las consecuencias no se hicieron esperar: el gobierno municipal, encabezado por el alcalde Marco Bonilla, confirmó la retención del depósito en garantía de 700 mil pesos que la banda había entregado previamente. Y la situación podría agravarse. Lejos de ser un incidente aislado, este episodio se suma a un historial de infracciones similares, lo que previsiblemente incrementará la multa final. De hecho, en octubre de 2023, Los Tucanes de Tijuana ya fueron sancionados con más de 900 mil pesos por la misma razón en el mismo estado.

Esta reincidencia plantea interrogantes sobre la efectividad de las medidas implementadas para erradicar los narcocorridos de los escenarios. ¿Son las multas suficientes para disuadir a los artistas? ¿Se necesita una estrategia más contundente? El debate está abierto y las autoridades parecen estar dispuestas a endurecer su postura. Mientras tanto, la agrupación tijuanense se arriesga a enfrentar consecuencias económicas cada vez más severas.

Pero la controversia no termina ahí. Recientemente, la periodista Mónica Garza reavivó una vieja polémica al recordar un episodio inquietante ocurrido durante la grabación del programa "Historias Engarzadas". Aunque Garza se abstuvo de mencionar nombres, sus declaraciones sobre supuestas amenazas recibidas tras un programa que abordaba los vínculos de una banda musical con el narcotráfico, apuntaron directamente hacia Los Tucanes de Tijuana en el imaginario colectivo de las redes sociales. La entrevista, a pesar de su antigüedad, se viralizó rápidamente, avivando las especulaciones y generando un nuevo foco de atención mediática sobre la agrupación.

Este cúmulo de incidentes dibuja un panorama complejo para Los Tucanes de Tijuana. Por un lado, la presión de las autoridades y las multas millonarias. Por otro, el escrutinio público y la sombra de la controversia que parece perseguirlos. ¿Cómo afectará esta situación a su imagen y a su trayectoria? ¿Optarán por modificar su repertorio para evitar futuras sanciones? El futuro de la banda se presenta incierto, en un contexto donde la línea entre la libertad artística y la responsabilidad social se vuelve cada vez más difusa. El caso de Los Tucanes de Tijuana se convierte así en un ejemplo paradigmático del debate en torno a los narcocorridos y su impacto en la sociedad.