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3 de junio de 2025 a las 19:35
Línea A del Metro: Reabierta tras inundación
Las intensas lluvias que azotaron el Valle de México la noche del lunes 2 de junio dejaron una huella profunda en la movilidad de miles de ciudadanos, especialmente en el oriente de la capital. La Línea A del Metro, vital arteria que conecta Pantitlán con La Paz, se vio obligada a suspender su servicio por la acumulación de agua en las vías, una situación que provocó un efecto dominó en el transporte público de la zona. Imagine la escena: la lluvia torrencial, el cielo oscuro y la incertidumbre de miles de personas que dependen del Metro para llegar a sus hogares o trabajos.
Adrián Rubalcava, director del Sistema de Transporte Colectivo (STC), confirmó la reapertura de la Línea A tras más de cinco horas de intensas labores de desazolve. Un equipo incansable de trabajadores del Metro luchó contra reloj para devolver la normalidad a este importante tramo, extrayendo el agua acumulada que llegó, en algunos puntos, a alcanzar hasta dos metros de altura. Un verdadero testimonio de la dedicación y el esfuerzo de quienes trabajan para mantener la ciudad en movimiento.
Durante el cierre, la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) implementó un servicio provisional gratuito entre Santa Martha y Pantitlán, un alivio para los usuarios afectados. Sin embargo, esta solución temporal no pudo compensar del todo el impacto del cierre, recordándonos la vulnerabilidad del sistema de transporte ante fenómenos meteorológicos extremos. ¿Es suficiente la infraestructura actual para afrontar estos retos? ¿Qué medidas se deben tomar para prevenir futuras interrupciones del servicio?
La Línea 8, que corre de Garibaldi a Constitución de 1917, también se vio afectada por las lluvias, aunque en menor medida. El STC informó que el servicio se restableció por completo tras labores de desazolve, demostrando la capacidad de respuesta del sistema ante situaciones de emergencia. Sin embargo, la experiencia de la Línea A nos invita a reflexionar sobre la necesidad de invertir en infraestructura resiliente y en planes de contingencia más robustos.
Este episodio pone de manifiesto la importancia del Metro en la vida cotidiana de la ciudad, así como la necesidad de fortalecer su infraestructura para afrontar los desafíos del cambio climático. La pregunta que queda en el aire es: ¿estamos preparados para las próximas lluvias? La modernización del sistema, la inversión en drenaje y la implementación de protocolos de emergencia más eficientes son cruciales para garantizar la movilidad de los ciudadanos y evitar que las lluvias se conviertan en un obstáculo insalvable. La experiencia vivida en la Línea A debe servir como una llamada de atención para las autoridades y la sociedad en su conjunto. La movilidad es un derecho fundamental, y protegerla es una responsabilidad compartida.
Fuente: El Heraldo de México