La indignación y la rabia se apoderaron de Cherán la noche del lunes, tiñendo sus calles de una violencia desatada tras el brutal asesinato de Don Santiago Sebastián, un querido comerciante de 69 años a quien todos conocían cariñosamente como "El Triangulito". Un acto de barbarie, perpetrado durante un aparente asalto a su negocio, truncó la vida de este hombre, dejando a la comunidad sumida en el dolor y la impotencia. El presunto asaltante, armado con un arma blanca, hirió mortalmente a Don Santiago, quien a pesar de los esfuerzos de sus familiares por trasladarlo al Hospital Integral de Cherán, falleció minutos después de su ingreso.

La noticia del crimen corrió como la pólvora por las calles de Cherán, encendiendo la furia contenida de sus habitantes. Cerca de 300 personas, movidas por la indignación y la sed de justicia, se organizaron espontáneamente para dar caza al responsable. La búsqueda, cargada de tensión y angustia, se extendió por varias horas, transformando la noche tranquila en un escenario de incertidumbre y temor. Finalmente, el presunto homicida, identificado como Isaac Salvador, fue capturado.

Lo que siguió a la captura fue un acto de justicia por mano propia, impulsado por la rabia y el dolor colectivo. Atado de pies y manos, Isaac Salvador fue llevado a la plaza principal de Cherán, el corazón de la comunidad, donde se convirtió en el blanco de la furia desatada. Los golpes, propinados por una multitud enardecida, terminaron con su vida, convirtiendo la plaza, símbolo de convivencia y tradición, en el escenario de una tragedia.

La llegada de los agentes de la Fiscalía Regional marcó el inicio de las investigaciones, en un intento por esclarecer los hechos y desentrañar las circunstancias que rodearon ambos fallecimientos. Los cuerpos de Don Santiago Sebastián, "El Triangulito", y de Isaac Salvador fueron trasladados al Servicio Médico Forense, donde se les practicarán las necropsias de ley.

Este lamentable suceso deja al descubierto la profunda herida que la violencia inflige en el tejido social. La ausencia de Don Santiago, un hombre respetado y querido en la comunidad, dejará un vacío irreparable. Su recuerdo, ligado a su pequeño negocio y a su trato amable, permanecerá vivo en la memoria de Cherán. Por otro lado, el linchamiento de Isaac Salvador, si bien motivado por el dolor y la indignación, nos obliga a reflexionar sobre los límites de la justicia por mano propia y la necesidad de fortalecer las instituciones encargadas de procurar la seguridad y el acceso a la justicia para todos. La tragedia que ha enlutado a Cherán plantea interrogantes cruciales sobre la seguridad, la justicia y la convivencia en la comunidad, dejando una profunda cicatriz en el alma de sus habitantes. ¿Cómo sanar las heridas de la violencia? ¿Cómo reconstruir la confianza en las instituciones? ¿Cómo evitar que la rabia y la desesperación se impongan a la razón y a la ley? Estas son las preguntas que resuenan en Cherán, un pueblo que busca respuestas en medio del dolor y la incertidumbre.