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3 de junio de 2025 a las 23:10

Ingenio mexicano ante las adversidades.

La capacidad de reinventarse del mexicano ante la adversidad se ha convertido en un sello distintivo, una especie de resiliencia impregnada en el ADN nacional. Las recientes lluvias torrenciales en la Ciudad de México y el Estado de México, que provocaron inundaciones, caos vial y la suspensión de servicios esenciales como la Línea A del Metro, pusieron a prueba una vez más esta ingeniosidad. Lejos de sucumbir al desánimo, los habitantes de la capital, especialmente en la zona oriente, demostraron su creatividad para sortear los obstáculos y continuar con su rutina.

Las redes sociales, convertidas en un verdadero termómetro social, se inundaron (valga la redundancia) de videos que documentan la astucia popular. Desde hombres encaramados precariamente en la parte trasera de un tráiler en la Calzada Ignacio Zaragoza, arriesgando su integridad física para llegar a sus trabajos, hasta emprendedores improvisados ofreciendo viajes en triciclos a través de las aguas estancadas a las afueras de la estación Santa Marta. Estas imágenes, más allá de lo anecdótico, reflejan la necesidad apremiante de movilidad en una ciudad colapsada por las inclemencias del tiempo.

La suspensión de la Línea A del Metro, una arteria vital para miles de personas que se desplazan diariamente desde el oriente de la ciudad, dejó a muchos usuarios varados y a merced de las alternativas, muchas veces informales, que surgieron en el momento. Si bien el RTP ofreció servicios gratuitos, la demanda superó con creces la oferta, abriendo la puerta a la iniciativa de quienes vieron en la crisis una oportunidad.

La imagen de dos hombres con un triciclo de carga, transportando a personas a través del agua a cambio de una módica suma, se volvió viral y generó un debate en redes sociales. Algunos aplaudieron el ingenio y la capacidad de adaptación, viendo en ello una muestra de la "chispa" mexicana. Otros, sin embargo, criticaron la precariedad y la falta de seguridad en estas soluciones improvisadas, poniendo de manifiesto la responsabilidad de las autoridades en garantizar alternativas de transporte seguras y eficientes en situaciones de emergencia.

Más allá de las posturas encontradas, lo cierto es que la inundación de la Línea A del Metro puso en evidencia, una vez más, la vulnerabilidad de la infraestructura urbana ante fenómenos meteorológicos cada vez más intensos. La necesidad de invertir en obras de drenaje y sistemas de transporte más resilientes se vuelve imperante. Mientras tanto, los mexicanos continúan demostrando su capacidad de sobreponerse a las adversidades, con una mezcla de ingenio, resignación y un toque de humor que los caracteriza. ¿Será esta una virtud o una consecuencia de la falta de soluciones a largo plazo? El debate queda abierto.

Fuente: El Heraldo de México