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3 de junio de 2025 a las 11:15

Informalidad laboral: ¿La nueva normalidad?

La sombra de la informalidad laboral continúa extendiéndose sobre México. Las cifras del INEGI, como un termómetro social, revelan un aumento preocupante: 32.7 millones de personas atrapadas en la precariedad laboral durante abril. Este incremento de 200 mil personas respecto a marzo no es solo una estadística fría, sino la representación de familias que luchan día a día sin la seguridad de un salario fijo, sin prestaciones, sin acceso a servicios médicos, en una espiral de vulnerabilidad que parece no tener fin.

La tasa de informalidad del 54.7% es un grito silencioso que exige atención. Imaginemos por un momento: más de la mitad de la fuerza laboral del país navegando en un mar de incertidumbre, sin la protección de un contrato, sin la tranquilidad de un futuro previsible. Y en este escenario, las mujeres llevan la peor parte. Con una tasa de informalidad del 54.9%, enfrentan una doble discriminación, luchando no solo contra la precariedad laboral, sino también contra las barreras de género que limitan sus oportunidades.

ManpowerGroup, con su análisis certero, enciende la alarma: la tendencia al alza de la informalidad es una bomba de tiempo. Desde el inicio del año, el número de personas en esta situación ha crecido mes a mes, una escalada que nos obliga a preguntarnos: ¿qué estamos haciendo mal? ¿qué medidas se están tomando para frenar esta hemorragia de empleos formales? Las cifras históricas, como un espejo retrovisor, muestran que el problema no es nuevo, pero su persistencia es una herida abierta en el tejido social.

Beatriz Robles, de Manpower México, lo dice con claridad: la informalidad laboral es un gigante que amenaza con devorarnos. La triste realidad es que hay más trabajadores informales que formales, condenando a millones a la marginación y la falta de oportunidades. La falta de acceso a prestaciones y servicios médicos no solo afecta la calidad de vida de las personas, sino que también impacta en la productividad y el desarrollo económico del país.

La receta para combatir este mal no es un secreto: generar empleos formales de calidad y apostar por la capacitación. México necesita crear entre un millón y un millón 100 mil empleos formales al año, una meta ambiciosa que requiere un esfuerzo conjunto del gobierno, la iniciativa privada y la sociedad civil. No podemos seguir permitiendo que la informalidad sea la norma, condenando a generaciones enteras a la precariedad. Es hora de actuar, de implementar políticas públicas efectivas, de invertir en la formación de talento y de construir un futuro donde el trabajo digno sea un derecho para todos, no un privilegio para unos pocos.

Fuente: El Heraldo de México