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4 de junio de 2025 a las 02:40
Incendios en Canadá: el humo llega a Europa
La magnitud de los incendios forestales que asolan Canadá desde finales de mayo es tal, que su impacto ha trascendido fronteras, llegando incluso a miles de kilómetros de distancia, hasta el noroeste de Europa. Imaginen la potencia de estos incendios, capaces de generar una columna de humo tan densa y extensa que atraviesa el océano Atlántico. Si bien el Observatorio Europeo Copérnico ha confirmado que esta nube de humo se encuentra a gran altitud y no representa un peligro inmediato para la salud de los europeos, su presencia es un recordatorio palpable de la gravedad de la situación en Canadá.
El Servicio de Monitoreo de la Calidad del Aire de Copérnico (CAMS) ha estado siguiendo de cerca el avance de este humo, utilizando tecnología satelital para rastrear su movimiento y la concentración de gases como el monóxido de carbono. No se trata de un evento aislado. Ya a mediados de mayo, una primera columna de humo, aunque de menor tamaño, alcanzó la región mediterránea, llegando incluso a Grecia y el Mediterráneo oriental. La segunda columna, mucho más imponente, alcanzó el noroeste de Europa a principios de junio, y se prevé que nuevas columnas continúen llegando al continente en los próximos días.
Es importante destacar que, a pesar de la espectacularidad del fenómeno, el impacto en la calidad del aire a nivel del suelo se espera que sea mínimo. La altitud a la que se desplaza el humo actúa como una barrera protectora, impidiendo que las partículas contaminantes alcancen las zonas habitadas. Sin embargo, esto no significa que su presencia pase desapercibida. En ciertas circunstancias, este humo en altura podría teñir los atardeceres de un tono anaranjado, ofreciendo un espectáculo visual inusual, pero a la vez inquietante, un recordatorio silencioso de la crisis que se desarrolla al otro lado del océano.
Las provincias canadienses de Manitoba y Saskatchewan, epicentros de estos incendios, se encuentran en estado de emergencia desde finales de mayo. Miles de personas han sido evacuadas de sus hogares, enfrentándose a la incertidumbre y la angustia de la pérdida. La sequía extrema que azota la región ha creado las condiciones perfectas para la propagación del fuego, y las autoridades canadienses advierten que la temporada de incendios podría ser excepcionalmente larga y severa, extendiéndose con una intensidad superior a la media hasta bien entrado agosto.
La situación en Canadá es una llamada de atención sobre la creciente amenaza de los incendios forestales a nivel global, exacerbados por el cambio climático y las condiciones meteorológicas extremas. La solidaridad internacional es crucial en estos momentos, no solo para ayudar a Canadá a combatir los incendios y recuperarse de sus devastadores efectos, sino también para impulsar acciones conjuntas que aborden las causas subyacentes de esta crisis global. El humo que llega a Europa, aunque inofensivo en términos de salud, es un símbolo poderoso de la interconexión de nuestro planeta y la necesidad de una respuesta global ante los desafíos ambientales. Es un recordatorio visible, aunque distante, de que las consecuencias del cambio climático no conocen fronteras.
Fuente: El Heraldo de México