La industria automotriz global se encuentra en un constante estado de transformación, y la política arancelaria implementada por Estados Unidos durante la presidencia de Donald Trump ha intensificado la incertidumbre, particularmente para el sector de autopartes. Este sector, vital para la economía mexicana, se enfrenta a un panorama complejo y desafiante que exige adaptación y estrategias innovadoras.

Francisco González, presidente ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes (INA), ha reconocido la volatilidad del escenario actual, donde las reglas del juego parecen cambiar mes a mes. Si bien los aranceles impuestos afectan directamente a un segmento específico de las autopartes, su impacto se extiende a componentes esenciales como el acero y el aluminio, generando un efecto dominó en toda la cadena de suministro. La amenaza constante de incrementos arancelarios, como el anunciado recientemente por el expresidente Trump sobre el acero, mantiene a la industria en vilo y obliga a una planificación estratégica flexible y adaptable.

Ante este panorama incierto, la INA ha optado por la colaboración y el diálogo, trabajando en estrecha coordinación con la Secretaría de Economía en nueve mesas de trabajo. La estrategia se centra en la cooperación con asociaciones estadounidenses y canadienses, buscando una armonización de intereses y una visión compartida para el futuro del sector. Esta "orquesta" trilateral, como la describe González, busca encontrar la melodía adecuada para sortear las disonancias generadas por las políticas proteccionistas.

Más allá de la gestión de la coyuntura, la INA impulsa una visión a largo plazo con el programa para el Desarrollo de Proveedores Nacionales, alineado con el ambicioso Plan México del gobierno federal. Esta iniciativa busca fortalecer la industria nacional, promoviendo la producción y el consumo de productos "Hechos en México". El objetivo es claro: incrementar la competitividad de los proveedores nacionales y su participación en el mercado, no solo para resistir las presiones externas, sino para impulsar un crecimiento sostenible y robusto.

El Plan México, inspirado en modelos exitosos implementados en países como Turquía y Vietnam, se presenta como una apuesta estratégica para el desarrollo industrial del país. La INA, consciente de la importancia de la formación de capital humano, trabaja en conjunto con instituciones académicas, desde escuelas técnicas hasta universidades, para incorporar en sus planes de estudio materias que respondan a las necesidades específicas del sector. Esta sinergia entre la academia y la industria busca generar profesionales altamente capacitados, listos para asumir los retos y las oportunidades que presenta el dinámico sector de autopartes.

A pesar de las incertidumbres, la inversión en el sector de autopartes se mantiene firme en estados clave como Coahuila, Nuevo León, Chihuahua y Guanajuato, tradicionales polos de producción que han extendido su influencia a regiones como Yucatán. La visión a largo plazo de la industria, con planes de inversión que se proyectan a una década, demuestra la confianza en el potencial de México como un jugador relevante en el mercado global de autopartes.

Con ventas anuales que rondan los 120 mil millones de dólares, el sector se consolida como el cuarto productor mundial de autopartes, una posición que refleja su importancia estratégica para la economía mexicana. La INA, bajo el liderazgo de Francisco González, se enfoca en la innovación, la colaboración y la formación de talento para afrontar los desafíos actuales y construir un futuro sólido y próspero para la industria nacional de autopartes. La clave reside en la adaptación constante, la búsqueda de sinergias y la apuesta por el talento mexicano, elementos que permitirán al sector no solo sortear las turbulencias, sino también consolidarse como un motor de crecimiento y desarrollo para el país.