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3 de junio de 2025 a las 23:10

Ilumina Junio: El color de vela y su significado

El solsticio de verano, un momento de máxima expansión solar, nos invita a reflexionar sobre la energía que nos rodea y cómo podemos aprovecharla para nuestro crecimiento personal. Junio, abrazado por la fuerza del sol, se convierte en un portal hacia la manifestación de nuestros deseos y la consolidación de nuestros proyectos. La luz, símbolo de conocimiento y claridad, baña nuestros días con una intensidad renovada, impulsándonos a conectar con nuestra intuición y a escuchar la voz de nuestra alma. Encender una vela en este período, más allá de una simple tradición, se transforma en un acto de profunda conexión con la energía universal.

La llama, danzando con delicadeza, representa la chispa divina que reside en cada uno de nosotros. Es un recordatorio de nuestro propio poder interior, de la capacidad que tenemos para iluminar nuestro camino y el de quienes nos rodean. La práctica de encender una vela en junio se convierte, entonces, en un ritual de autoafirmación y empoderamiento. Al hacerlo, declaramos nuestra intención de brillar con luz propia, de manifestar nuestros sueños y de abrazar la plenitud que nos ofrece el universo.

El color amarillo dorado, elegido cuidadosamente para este mes, amplifica la potencia de este ritual. Vibrante y lleno de vida, el amarillo dorado resuena con la energía del sol, atrayendo la prosperidad, la alegría y la abundancia a nuestras vidas. Es el color de la inspiración, de la creatividad y del optimismo, cualidades esenciales para transitar la segunda mitad del año con fuerza y determinación. Al encender una vela amarilla dorada, no solo iluminamos nuestro espacio físico, sino también nuestro espacio interior, atrayendo la claridad mental y la sabiduría necesarias para tomar decisiones acertadas.

Más allá de su simbolismo solar, el amarillo dorado está profundamente conectado con el plexo solar, nuestro centro de poder personal. Este chakra, ubicado en el abdomen, rige nuestra autoestima, nuestra confianza y nuestra capacidad para manifestar nuestros deseos. Al encender una vela de este color, estimulamos y equilibramos este centro energético, liberando bloqueos y permitiendo que la energía fluya libremente a través de nuestro ser. De esta manera, nos sentimos más seguros de nosotros mismos, más capaces de afrontar los desafíos y más conectados con nuestra fuerza interior.

En junio, la vela amarilla dorada se convierte en un faro que guía nuestros pasos hacia la realización personal. Es un símbolo de esperanza, de optimismo y de la confianza inquebrantable en el poder del universo. Al encenderla, nos conectamos con la energía de la abundancia, atrayendo oportunidades, prosperidad y bienestar a nuestras vidas. Este sencillo ritual nos permite honrar la luz que llevamos dentro y manifestar nuestro potencial ilimitado. Así, la llama de la vela se transforma en un reflejo de nuestra propia luz interior, brillando con intensidad y guiándonos hacia un futuro radiante. Aprovechemos la energía de junio y permitamos que la luz del amarillo dorado ilumine nuestro camino hacia la felicidad y la plenitud.

Fuente: El Heraldo de México