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3 de junio de 2025 a las 06:15
IA: ¿Revolución o trampa en la UNAM?
La revolución de la inteligencia artificial ya no es una fantasía del mañana, sino una realidad palpable en las aulas mexicanas. La UNAM, epicentro del saber en nuestro país, ha constatado este fenómeno a través de una encuesta que revela la profunda integración de la IA en la vida académica. Un asombroso 88% de los estudiantes y un 83% del profesorado utilizan herramientas de IA en su cotidianidad, transformando la manera en que aprendemos y enseñamos. Imaginemos las implicaciones: desde un estudiante de bachillerato que encuentra nuevas formas de comprender un concepto complejo, hasta un investigador de posgrado que accede a una vasta red de información global en cuestión de segundos.
Este cambio no se limita a un solo nivel educativo. Desde las aulas de bachillerato hasta los complejos laboratorios de investigación, la IA se ha convertido en una herramienta transversal, un aliado indispensable en la búsqueda del conocimiento. Para los docentes, la IA no solo facilita la búsqueda de información actualizada, sino que también les permite diseñar materiales didácticos más atractivos y personalizados. Pensar en las posibilidades de crear lecciones interactivas, adaptadas a las necesidades de cada alumno, nos muestra el enorme potencial de esta tecnología para revolucionar la pedagogía.
La Dra. Myrna Hernández Gutiérrez, experta de la UNAM, ha subrayado la importancia de la alfabetización digital en este nuevo contexto. No se trata simplemente de utilizar la IA, sino de comprender su funcionamiento, sus alcances y sus limitaciones. La formación continua es clave para aprovechar al máximo las ventajas de la IA y, al mismo tiempo, desarrollar un pensamiento crítico que nos permita discernir la información y utilizarla de forma responsable. Imaginen un futuro donde cada estudiante tenga acceso a un tutor virtual personalizado, capaz de guiar su aprendizaje y responder sus dudas en tiempo real. La IA nos acerca a esa realidad.
El fenómeno de los Large Language Models (LLM), como ChatGPT, ha impulsado esta revolución. Su adopción masiva, con millones de usuarios en todo el mundo, demuestra la capacidad de la IA para integrarse en nuestra vida diaria. Sin embargo, la Dra. Hernández Gutiérrez nos invita a la reflexión: la velocidad de esta integración exige un análisis cuidadoso, una evaluación crítica de sus implicaciones éticas y pedagógicas. No se trata de resistirse al cambio, sino de comprenderlo y moldearlo para que beneficie a la educación de manera integral.
Las aplicaciones de la IA en la educación son vastas y prometedoras. Desde sistemas de tutoría inteligente que brindan retroalimentación personalizada, hasta herramientas de análisis de aprendizaje que permiten a los docentes comprender mejor el progreso de sus alumnos, la IA está transformando el panorama educativo. Francisco David Mejía Rodríguez, experto en informática, ha destacado el potencial de la IA para personalizar el aprendizaje, adaptándolo a las necesidades individuales de cada estudiante. Esto abre la puerta a una educación más inclusiva y efectiva, donde cada alumno pueda alcanzar su máximo potencial.
Ante este panorama de posibilidades, la ética y la responsabilidad se convierten en pilares fundamentales. Joaquín Navarro Perales, de la UNAM, nos advierte sobre los riesgos del plagio y la importancia de utilizar la IA de forma consciente. Distinguir entre las herramientas de uso general y las plataformas especializadas que ofrecen acceso a fuentes científicas es crucial para garantizar la integridad académica. La IA es una herramienta poderosa, pero su uso responsable depende de nosotros.
En definitiva, la inteligencia artificial está redefiniendo la educación en México. No se trata de una simple moda pasajera, sino de una transformación profunda que nos invita a repensar la forma en que aprendemos y enseñamos. La clave está en la formación, la reflexión crítica y la adopción responsable de esta tecnología para construir un futuro educativo más justo, inclusivo y accesible para todos. El desafío está planteado, y el futuro de la educación está en nuestras manos.
Fuente: El Heraldo de México