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3 de junio de 2025 a las 06:40

Huracán vs. Ciclón: ¿Cuál es la diferencia?

La furia de la naturaleza se despierta una vez más, recordándonos su inmenso poder. Las costas se preparan para recibir el embate de los huracanes y ciclones, esos gigantes meteorológicos que traen consigo la fuerza del viento y la furia del mar. Si bien ambos fenómenos comparten una misma esencia –tormentas tropicales con vientos que superan los 119 km/h–, sus nombres y temporadas varían según su lugar de origen, tejiendo una compleja danza de destrucción y renovación a lo largo del globo.

Desde mayo, el Pacífico se convierte en el escenario de los ciclones, mientras que el Atlántico espera hasta junio para recibir la visita de los huracanes. Esta diferencia temporal nos recuerda la intrincada relación entre los océanos y la atmósfera, un delicado equilibrio que, al romperse, da origen a estos colosales eventos climáticos. Imaginen el agua cálida de los océanos evaporándose, ascendiendo hacia el cielo para formar nubes cargadas de energía. Estas nubes, al encontrarse con fuertes vientos, se transforman en un torbellino de proporciones épicas, capaces de generar vientos huracanados y olas gigantescas que azotan las costas con una fuerza implacable.

La denominación de estos fenómenos, cargada de historia y mitología, refleja la huella que han dejado en las diferentes culturas. "Huracán", un nombre que evoca al dios caribeño de la destrucción, se utiliza para las tormentas que se forman en el Golfo de México y el Atlántico Norte. Imaginen a las antiguas civilizaciones caribeñas, observando con temor y reverencia la fuerza destructiva de estos fenómenos, atribuyéndoles un origen divino. Por otro lado, en el Pacífico Sur y el Océano Índico, estas tormentas reciben el nombre de "ciclones", una palabra que proviene del griego "kyklon" y significa "círculo", describiendo a la perfección el movimiento giratorio característico de estos fenómenos.

En el noroeste del Pacífico, entran en escena los "tifones", nombre que algunos atribuyen a la palabra griega "typhon" que significa "torbellino". Mientras tanto, en las costas de Australia, estos fenómenos son conocidos simplemente como "ciclones" o "tormentas ciclónicas". Esta diversidad de nombres nos recuerda la universalidad de estos fenómenos, su presencia en diferentes rincones del planeta y la forma en que las distintas culturas han intentado comprender y nombrar su inmensa fuerza.

Más allá de las diferencias en sus nombres y localizaciones, huracanes, ciclones y tifones comparten una misma naturaleza: son una manifestación del poder de la naturaleza, un recordatorio de nuestra vulnerabilidad ante las fuerzas que rigen el planeta. Por ello, la preparación y la prevención son cruciales para mitigar los efectos devastadores de estos eventos. Informarse sobre las alertas meteorológicas, seguir las recomendaciones de las autoridades y contar con un plan de emergencia son medidas esenciales para proteger nuestra vida y la de nuestros seres queridos. La temporada de huracanes y ciclones ya está aquí, y la responsabilidad de estar preparados recae en cada uno de nosotros.

Fuente: El Heraldo de México