La incertidumbre se cierne sobre San Mateo del Mar, Oaxaca. Mientras la Sección 22 de la CNTE mantiene su paro indefinido y su plantón en la Ciudad de México, la autoridad municipal, encabezada por Raúl Rangel González, ha decidido abrir las puertas de algunas escuelas públicas. Esta decisión, tomada en consenso con los padres de familia, busca frenar la pérdida de clases y asegurar el futuro académico de los niños y niñas ikoots. Sin embargo, la medida ha generado una nueva ola de tensiones en la comunidad, poniendo de manifiesto el difícil equilibrio entre el derecho a la educación y el derecho a la protesta.

Los padres de familia, con la angustia palpable en sus rostros, expresan su preocupación por el futuro de sus hijos. Las semanas transcurren sin clases, sin calificaciones, sin documentos que certifiquen el avance escolar. La incertidumbre sobre los actos de graduación se suma a la inquietud generalizada. ¿Qué pasará con el ciclo escolar? ¿Se reconocerá el esfuerzo de los alumnos? Estas preguntas resuenan en las conversaciones de los padres, quienes ven con desesperación cómo el tiempo se agota sin una solución a la vista. Han decidido tomar las riendas de la situación, abriendo ellos mismos las escuelas, en un acto de desesperación que refleja la importancia que le dan a la educación de sus hijos.

Por otro lado, los profesores, afiliados a la Sección 22 de la CNTE, se mantienen firmes en su paro indefinido. Argumentan que su lucha es por la defensa de la educación pública y que su movilización busca mejoras para todo el sistema educativo. Consideran que la decisión del presidente municipal es una provocación y que no cuenta con el respaldo de la mayoría de la comunidad escolar. Aseguran que se reunirán con los directores y supervisores para analizar la situación y buscar acuerdos que beneficien a todos los involucrados. La acusación de que el presidente municipal está generando polémica añade un nuevo ingrediente al conflicto, polarizando aún más las posturas.

En este escenario de tensión e incertidumbre, los niños y niñas ikoots se encuentran en medio de una disputa que les supera. Su derecho a la educación se ve comprometido por un conflicto que, si bien busca mejoras en el sistema, les priva del acceso a las aulas y a la continuidad de su aprendizaje. La imagen de las escuelas abiertas, pero sin profesores, se convierte en un símbolo de la complejidad de la situación. ¿Cómo se puede garantizar el derecho a la educación en un contexto de protesta social? ¿Cómo se puede encontrar un equilibrio entre las demandas de los docentes y las necesidades de los alumnos?

La situación en San Mateo del Mar es un reflejo de la problemática que se vive en muchas comunidades del país. La falta de diálogo y la polarización de las posturas dificultan la búsqueda de soluciones que beneficien a todos. Es urgente que las autoridades, los docentes y los padres de familia encuentren un espacio de diálogo y consenso para garantizar el derecho a la educación de los niños y niñas ikoots, y de todos los niños y niñas de México. El futuro de la educación está en juego y es responsabilidad de todos encontrar una salida a este impasse. El tiempo corre y cada día que pasa sin clases es una oportunidad perdida para estos jóvenes.