La furia de la naturaleza se desató la tarde del 2 de junio en la Ciudad de México, dejando a su paso una escena impactante: un coloso de aproximadamente 30 metros, vencido por la fuerza combinada del viento y la lluvia, yace sobre un camión de pasajeros en plena calzada Ignacio Zaragoza, en la transitada carretera México-Puebla. La imagen, casi apocalíptica, se viralizó rápidamente en redes sociales, acompañada del hashtag #AlMomento, mostrando la magnitud del incidente y la rápida respuesta de los servicios de emergencia.

Afortunadamente, y casi milagrosamente, hasta el momento no se reportan heridos ni víctimas. Sin embargo, el caos vial es innegable. La calzada Ignacio Zaragoza y la colonia Paraíso de Iztapalapa permanecen cerradas, convirtiendo la zona en un embudo para el tráfico. Las autoridades, conscientes del impacto, han desplegado un operativo para retirar el enorme tronco que obstruye la avenida, una tarea titánica que requiere de maquinaria pesada y precisión. Mientras tanto, la circulación se ha visto severamente afectada, generando largas filas de vehículos y la desesperación de los conductores atrapados en el embotellamiento.

El incidente, ocurrido entre Guelatao y Peñón, en dirección a Los Reyes La Paz, ha bloqueado los carriles centrales y gran parte de la vía rápida. El Centro de Información de la Ciudad de México, en un intento por mitigar el caos, ha recomendado a los automovilistas utilizar la avenida Texcoco como alternativa vial. Sin embargo, esta ruta también se encuentra congestionada, demostrando la magnitud de la disrupción causada por la caída del árbol.

La situación se complica aún más con las fuertes lluvias que azotan la capital. El Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) se ha visto obligado a suspender el servicio en algunas estaciones de la Línea A, específicamente en el último recorrido de Peñón Viejo a La Paz, implementando un servicio provisional en ambos sentidos. Esta medida, si bien necesaria para garantizar la seguridad de los usuarios, ha dejado a decenas de personas a la intemperie, caminando bajo la lluvia en busca de alternativas para llegar a sus hogares. Las imágenes de personas con paraguas, abriéndose paso entre los charcos y el tráfico, son un testimonio de la adversidad que enfrentan los capitalinos ante las inclemencias del tiempo.

El Cablebús, otro sistema de transporte vital para la ciudad, también se ha visto afectado. La Línea 3 ha suspendido sus operaciones debido a la tormenta eléctrica, una medida preventiva para evitar accidentes. La combinación de la caída del árbol, las lluvias torrenciales y la interrupción del servicio de transporte público ha creado una situación excepcionalmente compleja en la Ciudad de México, poniendo a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades y la resiliencia de sus habitantes.

Se espera que en las próximas horas se logre retirar el árbol y restablecer la circulación en la calzada Ignacio Zaragoza. Mientras tanto, las autoridades continúan monitoreando la situación y haciendo un llamado a la ciudadanía a mantenerse informada, tomar precauciones y, en la medida de lo posible, evitar la zona afectada. Este incidente nos recuerda la fuerza impredecible de la naturaleza y la importancia de estar preparados ante cualquier eventualidad.