La creciente ola de violencia que azota al mundo de la música regional mexicana nos obliga a reflexionar sobre la vulnerabilidad de los artistas y la necesidad urgente de garantizar su seguridad. El reciente asesinato de Isaac Luna, vocalista de Banda la Constructiva, acribillado en su hogar en León, Guanajuato, tras una presentación, nos deja con un profundo sentimiento de tristeza e indignación. Este trágico suceso no es un caso aislado, sino que se suma a una lamentable lista de artistas que han perdido la vida en circunstancias similares.

La madrugada del 1 de junio quedará marcada por la tragedia. Según informes preliminares, hombres armados irrumpieron en la casa de Luna alrededor de la 1:00 am, disparando contra él y otra persona que se encuentra en estado crítico en un hospital. Las investigaciones apenas comienzan, pero la brutalidad del ataque sugiere un acto premeditado y dirigido. ¿Qué motivos se esconden detrás de este crimen? ¿Rivalidades profesionales, envidias, o acaso se trata de algo más oscuro y complejo? Las autoridades tienen la responsabilidad de esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia, para que la familia de Isaac Luna y la sociedad en general puedan encontrar un mínimo de consuelo.

El caso de Luna evoca inevitablemente el asesinato de Francisco Ernesto Ruiz Martínez, vocalista de la Banda Cuisillos, en 2017. Aquel fatídico 12 de octubre, Ruiz Martínez fue atacado en su domicilio en Guadalajara, Jalisco. Inicialmente se habló de un intento de robo, pero posteriormente las autoridades consideraron la posibilidad de un ataque directo. La incertidumbre que rodea las circunstancias de su muerte, al igual que en el caso de Luna, genera un profundo malestar y desconfianza. ¿Hasta qué punto están seguros los artistas en su propia casa? ¿Qué medidas se están tomando para protegerlos de la violencia que parece acecharlos?

La lista de tragedias continúa con el caso de "Pancholín", quien si bien no fue asesinado dentro de su hogar, sí lo fue a pocos metros de este, mientras se dirigía a una tienda cercana acompañado de su esposa. La imagen de un hombre acribillado a tiros frente a su familia es desgarradora y nos recuerda la crueldad con la que se cometen estos crímenes. La impunidad que a menudo rodea estos casos solo alimenta el ciclo de violencia y genera un clima de miedo e inseguridad en la industria musical.

Es imperativo que las autoridades tomen cartas en el asunto y refuercen las medidas de seguridad para los artistas. No podemos permitir que el talento y la alegría que estos músicos nos brindan se vean opacados por la violencia y el temor. Debemos exigir justicia para Isaac Luna, Francisco Ernesto Ruiz Martínez, "Pancholín" y todos los artistas que han sido víctimas de la violencia. Su música debe ser recordada y celebrada, no silenciada por la tragedia. La sociedad, los medios de comunicación y la industria musical debemos unirnos para crear un ambiente seguro y propicio para el desarrollo del arte, donde los artistas puedan ejercer su profesión sin temor a perder la vida. La memoria de estos músicos nos exige actuar, no podemos permanecer indiferentes ante la violencia que nos arrebata a nuestros artistas.