3 de junio de 2025 a las 03:15
Álvaro Obregón: Iluminado y Seguro
La noche se convierte en día en las calles de la Ciudad de México. La oscuridad, antes un aliado de la inseguridad, retrocede ante el fulgor de 175,000 nuevas luminarias que, como estrellas terrestres, dibujan un nuevo mapa de tranquilidad. No se trata solo de iluminar el asfalto, sino de iluminar el futuro, de construir una ciudad donde la libertad de transitar, especialmente para mujeres y niñas, no sea un privilegio, sino un derecho inalienable. Imaginen caminar por Insurgentes, una arteria principal de la ciudad, bañada en una luz clara y constante, sin el temor que antes acechaba en las sombras. Este es el cambio que promete "Ciudad Iluminada. Camina Libre, Camina Segura", un programa ambicioso que va más allá de la simple instalación de luminarias.
La transformación es integral. Las banquetas, antes rotas e inseguras, se renuevan para ofrecer un camino firme y accesible. Los cruces peatonales, puntos críticos de vulnerabilidad, se refuerzan con señalizaciones claras y rampas para personas con discapacidad. Los botones de pánico, estratégicamente ubicados, se convierten en escudos protectores, ofreciendo una conexión directa con las autoridades en caso de emergencia. Y en medio de este entramado de seguridad, el arte florece en forma de murales que llenan de color y vida el paisaje urbano.
La inversión de 1,700 millones de pesos no es solo una cifra, es una declaración de intenciones. Es la materialización del compromiso del gobierno con la seguridad y el bienestar de sus habitantes. Es una apuesta por un futuro donde la paz no sea una utopía, sino una realidad tangible. Cada peso invertido se traduce en mayor tranquilidad para las familias, en la posibilidad de disfrutar del espacio público sin miedo, en la construcción de una comunidad más unida y solidaria.
El Alcalde Javier López Casarín lo ha dicho: “La seguridad es un derecho fundamental”. Y "Ciudad Iluminada" es la respuesta a esa demanda, una respuesta contundente que combina la tecnología con la presencia policial, la infraestructura con el arte, la inversión pública con la participación ciudadana. Porque la seguridad no se construye desde arriba, sino desde abajo, con la colaboración de todos y todas.
Las 3,000 cámaras de videovigilancia que se instalarán no son ojos que vigilan, sino guardianes que protegen. Son una herramienta disuasiva contra la delincuencia, pero también un recurso invaluable para la investigación y la resolución de delitos. Junto a ellas, los 300 botones de pánico y los 60 kilómetros de senderos iluminados tejen una red de seguridad que abraza a la ciudad, brindando protección a cada paso.
Más allá de la infraestructura, "Ciudad Iluminada" busca un cambio cultural. Se trata de recuperar la confianza en el espacio público, de fomentar la convivencia y la apropiación de las calles. Se trata de construir una ciudad donde la noche no sea sinónimo de peligro, sino de oportunidad, de encuentro, de disfrute. Una ciudad donde cada luminaria encendida sea un símbolo de esperanza, un faro que guía hacia un futuro más brillante y seguro.
La Jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, lo resume con precisión: "Queremos que las mujeres y niñas se sientan seguras y protegidas en nuestra ciudad". Ese es el objetivo final, el motor que impulsa este ambicioso programa. Y con cada luminaria que se enciende, con cada banqueta que se rehabilita, con cada mural que se pinta, la ciudad se acerca un poco más a esa meta. "Ciudad Iluminada" no es solo un programa, es una promesa, un compromiso, un camino hacia la construcción de una ciudad más justa, más segura, más humana.
Fuente: El Heraldo de México