La lucha contra el dengue continúa siendo una prioridad en la salud pública de México. El Secretario de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, ha presentado un ambicioso Plan Anual que busca mitigar el impacto de esta enfermedad transmitida por mosquitos. A pesar de los esfuerzos, las cifras comparativas entre 2024 y 2025 revelan un panorama complejo. Si bien se observa una disminución en los casos de dengue grave, con una reducción de 480 a 155 casos, los casos de dengue no grave y con signos de alarma han experimentado una fluctuación. Este escenario subraya la importancia de mantener la vigilancia y redoblar las estrategias de prevención y control.

El Secretario Kershenobich Stalnikowitz destacó la implementación de un Plan de Capacitación para la Atención Médica, crucial para que los profesionales de la salud puedan diagnosticar y tratar la enfermedad de manera oportuna y eficaz. Además, se han distribuido insecticidas en las entidades federativas afectadas por brotes de dengue, y se han transferido recursos para la adquisición del equipamiento necesario para combatir la propagación del mosquito Aedes aegypti, vector de la enfermedad.

Las acciones de control vectorial se han intensificado desde abril, con la aplicación de larvicidas en puntos estratégicos de alto riesgo, rociado intradomiciliar y nebulizaciones. Estas medidas se intensificarán de junio a diciembre, enfocándose en las áreas con mayor presencia de casos y riesgo de transmisión. Una estrategia innovadora que se implementará es la liberación de mosquitos portadores de la bacteria Wolbachia, una técnica que ha demostrado ser efectiva en la reducción de la capacidad del mosquito para transmitir el virus del dengue. Además, se están impulsando proyectos de investigación para el desarrollo de una vacuna contra el dengue, lo que representa una esperanza a largo plazo para el control de la enfermedad.

La participación ciudadana es fundamental en esta lucha. El llamado a la población es claro: mantener patios y espacios libres de criaderos de mosquitos es la primera línea de defensa. Eliminar recipientes con agua estancada, donde el mosquito se reproduce, es una acción sencilla pero crucial para cortar el ciclo de transmisión.

La concentración de casos en estados como Jalisco, Veracruz, Michoacán, Guerrero y Tamaulipas, que representan el 59.5% del total nacional, exige una atención focalizada. La instalación de más de 207 mil ovitrampas en estas regiones permite monitorear la presencia del mosquito y detectar zonas de alta infestación. Las extensas jornadas de nebulización, que abarcan cientos de miles de hectáreas, y el control larvario en millones de hogares, demuestran la magnitud del esfuerzo desplegado.

Es vital reconocer los síntomas del dengue: fiebre, dolor de cabeza, dolor retroocular (detrás de los ojos), dolor muscular y articular, náuseas, vómitos y erupciones cutáneas. Ante la presencia de estos síntomas, es fundamental acudir a un centro de salud para recibir un diagnóstico preciso. Además, es crucial estar alerta a los signos de alarma, como dolor abdominal intenso y continuo, vómitos persistentes y sangrado. En caso de dengue, se recomienda evitar la automedicación, especialmente con ibuprofeno, aspirina y otros antiinflamatorios no esteroideos, ya que pueden aumentar el riesgo de complicaciones hemorrágicas. La información y la prevención son nuestras mejores armas contra el dengue.