La escasez de agua, una realidad que nos acecha, no es un fenómeno repentino. De ese 70% de agua que cubre nuestro planeta, apenas un ínfimo 0.5% es potable, según datos de la UNESCO. Esto significa que la batalla por el acceso al agua limpia no es nueva, sino una constante en la historia de la humanidad. Millones de personas en México y el mundo, especialmente en regiones con infraestructura deficiente, enfrentan diariamente la carencia de este recurso vital. Sin embargo, la creciente demanda y la sobreexplotación de los recursos hídricos han agudizado esta problemática en los últimos años.

México, por ejemplo, se encuentra al borde del precipicio hídrico. Anualmente, consumimos más del 40% del agua disponible en ríos, lagos y otros cuerpos de agua. Esta alarmante cifra nos coloca entre los países con mayor estrés hídrico a nivel mundial. En otras palabras, estamos consumiendo el agua a un ritmo mucho mayor del que la naturaleza puede reponerla. De continuar esta tendencia, las proyecciones indican que las fuentes naturales de agua en México podrían agotarse en tan solo una década.

El panorama global es igualmente preocupante. El World Resources Institute estima que para el año 2025, dos tercios de la población mundial vivirá en condiciones de escasez de agua. Países como India, Sudáfrica, Irán y España ya experimentan un "estrés hídrico extremo", donde la demanda de agua supera con creces la disponibilidad.

Ante este escenario desalentador, la pregunta crucial es: ¿qué podemos hacer como sociedad para evitar un futuro sin agua? La respuesta reside en la educación. Debemos educarnos a nosotros mismos y a las futuras generaciones sobre la importancia del agua y la necesidad de implementar medidas para su conservación. El IMTA revela que cada persona en México desperdicia 250 mililitros de agua al día debido a malos hábitos y fugas en el hogar. Imaginen la cantidad de agua que se pierde a nivel nacional si multiplicamos esta cifra por la población total.

Un ejemplo inspirador de la acción que podemos tomar es la iniciativa conjunta de Fundación Grupo Andrade y Fundación Vinte. El pasado 27 de mayo, organizaron un Rally Educativo sobre el uso responsable del agua en la escuela primaria Carmen Serdán, en Tecámac, Estado de México. 400 niños participaron en este evento, aprendiendo sobre la importancia del agua a través de juegos, retos y actividades prácticas. El rally incluyó estaciones como "Agua contaminada", donde se explicó el costo de limpiar el agua sucia; "Cuidemos el agua", donde los niños propusieron ideas para ahorrar agua; y "Purificador de agua casero", donde aprendieron a construir un dispositivo sencillo para purificar agua en casa.

Este tipo de iniciativas, posibles gracias al compromiso de voluntarios de Grupo Andrade capacitados por Fundación Vinte, son fundamentales para crear conciencia sobre la importancia del agua. Carlos Cadena, presidente de Fundación Vinte, destaca la importancia de sembrar la semilla de la sostenibilidad desde temprana edad para asegurar un futuro consciente y responsable con el medio ambiente.

La misión de Fundación Vinte es transformar comunidades vulnerables a través de la participación activa de sus habitantes. Su filosofía se basa en la premisa de que un futuro sostenible solo es posible si involucramos a la ciudadanía en el cuidado del entorno.

No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando un cambio milagroso. Debemos tomar acción y ser parte de la solución. Si te interesa replicar este rally en tu comunidad, visita el sitio web de Fundación Vinte: https://fundacionvinte.org/. El futuro del agua está en nuestras manos. Actuemos ahora.