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2 de junio de 2025 a las 22:45
SpaceX contamina playas mexicanas
La tranquilidad de las aguas turquesas del Golfo de México se ha visto perturbada por una lluvia de desechos tecnológicos. No se trata de un fenómeno natural, sino de las consecuencias del ambicioso, y al parecer fallido, lanzamiento del noveno cohete Starship de SpaceX. A una semana del evento, las costas de Playa Bagdad, en Tamaulipas, se han convertido en un escenario desolador, un lienzo salpicado por los restos del propulsor del cohete. Millones de fragmentos plásticos, tanques metálicos y otros desechos, muchos de ellos marcados con el inconfundible logotipo de SpaceX, cubren la arena, testigos silenciosos de un impacto ambiental que apenas comienza a dimensionarse.
La asociación civil Conibio Global A.C., dedicada a la protección de los ecosistemas de la región, ha dado la voz de alarma. Sus integrantes, tras recorrer 40 kilómetros de litoral documentando meticulosamente los hallazgos, pintan un panorama preocupante. No se trata solo de una contaminación visual, sino de una amenaza latente para la delicada biodiversidad del Golfo. "Imaginen la escena: un paraíso natural transformado en un cementerio de tecnología espacial", declaró con tristeza uno de los representantes de Conibio Global. "Es una bofetada a la naturaleza, una muestra de la irresponsabilidad con la que a veces se manejan proyectos de esta envergadura".
La preocupación se centra, en particular, en la inminente llegada de las crías de tortuga lora, una especie en peligro de extinción que anida en estas playas. La imagen de pequeñas tortugas luchando por abrirse paso entre los restos del cohete, ingiriendo plástico o quedando atrapadas entre los escombros, es un escenario desgarrador que los ambientalistas buscan evitar a toda costa. “Estas playas son su cuna, su primer contacto con el mundo. ¿Qué futuro les espera si ese mundo está contaminado con los restos de un cohete?”, se pregunta con angustia un miembro de la asociación.
Pero el impacto no se limita a la fauna. La pesca artesanal, una actividad vital para la economía local, también se ve amenazada. La presencia de tanques metálicos flotando a la deriva supone un peligro real para las pequeñas embarcaciones. "Los pescadores salen a ganarse el pan de cada día, no a esquivar restos de cohetes en el mar", denuncia Conibio Global, haciendo hincapié en la necesidad de una respuesta inmediata por parte de las autoridades.
Entre los desechos identificados se encuentran al menos 12 tanques metálicos de 4,500 libras cada uno, presuntamente pertenecientes al sistema contraincendios del propulsor. Cada pieza, cada fragmento plástico, cada marca de SpaceX en los restos, es una prueba irrefutable del origen de la contaminación. Ante la magnitud del problema, Conibio Global ha hecho un llamado directo a Mariana Boy Tamborrell, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), para que intervenga ante organismos internacionales y exija a SpaceX la reparación de los daños. "No podemos permitir que una empresa, por muy innovadora que sea, contamine nuestros ecosistemas sin asumir las consecuencias", afirman con firmeza. "La innovación no debe estar reñida con la responsabilidad ambiental".
Hasta el momento, el silencio de SpaceX es ensordecedor. La empresa fundada por Elon Musk no ha emitido ningún comunicado oficial sobre el incidente ni ha respondido a las denuncias públicas de la asociación ambientalista. Esta falta de respuesta aumenta la indignación y la preocupación de la comunidad, que espera una acción concreta y una solución efectiva a este desastre ambiental. La pregunta que resuena en el aire es: ¿quién limpiará los restos del sueño espacial de Elon Musk? ¿Quién asumirá la responsabilidad por el daño causado a este frágil ecosistema? La respuesta, por ahora, se pierde entre las olas y los restos del cohete Starship.
Fuente: El Heraldo de México