La incertidumbre y la angustia se ciernen sobre los familiares de los integrantes del grupo musical Fugitivo, desaparecidos desde el pasado 25 de mayo tras un concierto en Reynosa, Tamaulipas. La noticia del hallazgo de cinco cuerpos, presuntamente relacionados con su desaparición, ha abierto una herida profunda en sus corazones, agravada por la confusión y la aparente contradicción en la información proporcionada por las autoridades. Primero la confirmación, luego la solicitud de pruebas genéticas. Un vaivén de noticias que, lejos de brindar consuelo, alimenta la desesperación y la desconfianza.

La Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, encargada de la investigación, se encuentra en el ojo del huracán. La aparente falta de claridad en sus comunicados ha generado un mar de dudas y especulaciones. ¿Por qué confirmar el hallazgo si aún no se ha realizado la plena identificación de los cuerpos? ¿Qué tipo de pruebas se han realizado hasta el momento? ¿Se está siguiendo el protocolo adecuado en este tipo de casos? Estas son solo algunas de las preguntas que se formulan los familiares, clamando por respuestas y, sobre todo, por la verdad.

Ante la creciente tensión y el dolor palpable de los familiares, la Presidenta Claudia Sheinbaum ha ofrecido la intervención de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV). Un rayo de esperanza en medio de la tormenta, una posibilidad de acompañamiento y apoyo en un proceso tan doloroso y complejo. La CEAV, con su experiencia en la atención a víctimas de delitos, podría brindar asesoría legal, apoyo psicológico y acompañamiento durante todo el proceso de identificación y, en el peor de los escenarios, en la búsqueda de justicia.

Sin embargo, la intervención de la CEAV no resuelve el problema de fondo: la necesidad de una investigación exhaustiva, transparente y eficaz por parte de la Fiscalía de Tamaulipas. Es imperativo que se esclarezcan los hechos, que se identifique a los responsables y que se haga justicia. La música de Fugitivo se ha silenciado, pero sus familias no descansarán hasta encontrar la verdad y honrar la memoria de sus seres queridos.

La sociedad, conmovida por este caso, se une al clamor de los familiares. Exigimos claridad, exigimos justicia, exigimos que la música no se apague por la violencia. Que el caso de Fugitivo sea un llamado a la reflexión, un recordatorio de la fragilidad de la vida y la necesidad de construir un país donde la paz y la justicia sean la norma, no la excepción. Que este caso no se convierta en uno más en la larga lista de impunidad que azota a nuestro país. Que la memoria de los jóvenes músicos nos impulse a luchar por un México más seguro y justo para todos.