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2 de junio de 2025 a las 18:00
¡Selfie casi mortal!
La impactante escena, capturada en video y propagada a la velocidad de un rayo por las redes sociales, ha generado una oleada de indignación y preocupación a nivel global. Un turista, aparentemente de origen indio, se ve envuelto en un violento altercado con un tigre en un parque tailandés, mientras intentaba capturar la "selfie perfecta". La aparente tranquilidad del momento, con el tigre sujeto por una cadena y bajo la supervisión de un cuidador, se rompe abruptamente cuando el turista se agacha para posar junto al felino. El tigre, quizás interpretando el gesto como una amenaza, reacciona con una velocidad asombrosa, lanzándose sobre el hombre.
El video, compartido inicialmente por Sidharth Shukla en X (anteriormente Twitter), muestra la desesperada intervención del cuidador, quien intenta, con un palo, separar al tigre del turista. Sin embargo, lejos de amedrentarse, el tigre parece enfurecerse aún más, intensificando el ataque. La escena, presenciada por otros visitantes del parque, desata el pánico y la consternación.
Afortunadamente, y contra todo pronóstico, los reportes indican que el turista sobrevivió al incidente, sufriendo heridas que, si bien considerables, no pusieron en peligro su vida. La rápida intervención del personal del parque y los equipos médicos fue crucial para estabilizar al herido y brindarle la atención necesaria.
Sin embargo, más allá del incidente en sí, el video ha reavivado un debate crucial sobre el trato ético de los animales salvajes en entornos turísticos. Cientos de miles de reproducciones y una cascada de comentarios en redes sociales reflejan la creciente preocupación por el bienestar de estos animales, sometidos a situaciones que, aunque aparentemente controladas, pueden desencadenar reacciones impredecibles y violentas, como la que se presenció en este caso.
Muchos usuarios cuestionan la legitimidad de estos parques, argumentando que los tigres, a pesar de parecer domesticados, nunca pierden su instinto salvaje. La proximidad forzada con los humanos, la manipulación para fotografías y espectáculos, representan un estrés constante para estos animales, que tarde o temprano puede manifestarse en agresividad.
“¿Son realmente santuarios si se les obliga a interactuar con humanos?”, se preguntan algunos. Otros van más allá, reclamando el derecho de estos animales a vivir en libertad, en su hábitat natural, lejos de la explotación turística. “Los animales salvajes no son mascotas, ni atracciones para el entretenimiento humano”, es la contundente afirmación que se repite en numerosos comentarios.
El incidente en el "Reino del Tigre", el parque donde ocurrió el ataque, ha puesto bajo la lupa las prácticas de este tipo de establecimientos, que ofrecen a los visitantes la posibilidad de interactuar de manera cercana con los tigres, alimentándolos, tocándolos e incluso abrazándolos. Organizaciones defensoras de los derechos animales han denunciado reiteradamente estas prácticas, advirtiendo sobre las consecuencias negativas tanto para el bienestar de los animales como para la seguridad de los visitantes.
Este incidente sirve como una llamada de atención, un recordatorio de que la naturaleza salvaje, por más que intentemos controlarla, siempre conserva un elemento de imprevisibilidad. Nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad en la protección de la fauna silvestre y a cuestionar la ética de las atracciones turísticas que utilizan animales salvajes como reclamo. ¿Es el precio de una selfie, o de una experiencia "única", la libertad y el bienestar de estos magníficos animales? El debate está abierto.
Fuente: El Heraldo de México