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2 de junio de 2025 a las 12:40
Rompe el silencio: Salud mental
La escasez de recursos destinados a la salud mental en México, apenas un 2% del presupuesto total del sector, dibuja un panorama preocupante para la atención de padecimientos como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Esta limitación, según Emmanuel Sarmiento Hernández, presidente de la Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil (AMPI), no solo restringe el acceso a servicios clínicos, sino que también frena las investigaciones necesarias para una mejor comprensión y tratamiento de esta condición. El impacto de esta falta de inversión se traduce en un futuro incierto para niños y adolescentes que, sin un diagnóstico y tratamiento oportuno, pueden enfrentar serias dificultades en su vida adulta.
El TDAH, lejos de ser un simple problema de comportamiento, es una afección del neurodesarrollo que afecta el funcionamiento cerebral. Estudios de la American Psychiatric Association revelan patrones de activación cerebral diferentes en niños con TDAH durante la realización de ciertas tareas. Esto confirma la base neurobiológica del trastorno y la necesidad de abordarlo con la seriedad que merece. La inatención, hiperactividad e impulsividad, características del TDAH, se manifiestan de diversas formas en cada niño, generando un desafío tanto para los padres como para los educadores.
La falta de comprensión y el desconocimiento que rodea al TDAH conducen a la estigmatización de quienes lo padecen. Con frecuencia, estos niños son injustamente etiquetados como "flojos", "mal portados" o "maleducados", ignorando la realidad de su condición. Esta incomprensión puede generar un profundo impacto emocional en el niño, afectando su autoestima y su desarrollo social. En la adolescencia, la falta de apoyo y la frustración acumulada pueden aumentar la vulnerabilidad a conductas de riesgo, como el consumo de sustancias nocivas, el abandono escolar y la participación en actividades peligrosas.
Es crucial entender que el TDAH no es una enfermedad que se pueda "curar", sino una condición con la que se aprende a convivir. Afortunadamente, existen tratamientos efectivos que permiten a los pacientes llevar una vida plena y funcional. Estos tratamientos, basados en un enfoque multimodal e individualizado, combinan intervenciones farmacológicas con terapias conductuales y psicoeducativas. El objetivo es ayudar al niño a desarrollar estrategias para manejar sus síntomas y maximizar su potencial.
La inversión en investigación y en la formación de profesionales especializados en TDAH es fundamental para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen. Es necesario sensibilizar a la sociedad sobre este trastorno, desmitificar las creencias erróneas que lo rodean y promover la inclusión de los niños con TDAH en el ámbito escolar y social. Solo a través de un esfuerzo conjunto, podremos brindarles el apoyo que necesitan para alcanzar su pleno desarrollo y construir un futuro prometedor. La detección temprana, el acceso a tratamientos adecuados y la comprensión por parte de la familia, la escuela y la sociedad son pilares fundamentales para lograr este objetivo.
Fuente: El Heraldo de México