La sombra de la duda, sembrada por la derecha y los conservadores, intentó eclipsar un momento histórico para la democracia mexicana. Con la misma vehemencia con la que antes defendían al INE y clamaban por la democracia, ahora, envueltos en una contradictoria lógica, incitaban a la abstención en la elección de los consejeros del Poder Judicial. Una campaña de desinformación orquestada, nutrida de hashtags de odio dirigidos a nuestra Presidenta, al expresidente López Obrador y a la Cuarta Transformación, buscaba minar la participación ciudadana en este crucial ejercicio de pluralidad.

Pero, ¿qué es la democracia sino el derecho a elegir, a participar, a decidir? Es la facultad del pueblo, como lo consagra el artículo 39 de nuestra Constitución, de alterar o modificar la forma de su gobierno. Un derecho inalienable que reside en la esencia misma de la soberanía nacional. Y precisamente este derecho, ejercido a través del poder reformador establecido en el artículo 135 constitucional, fue el que permitió la reforma judicial que hoy nos trae aquí. Una reforma aprobada por una mayoría calificada de representantes populares, reflejo de la voluntad mayoritaria del pueblo, y ratificada por los Congresos locales, tal como lo mandata nuestra Carta Magna.

Ante las acusaciones infundadas de vacío legal, cabe destacar que todos los procedimientos se llevaron a cabo con estricto apego a la Constitución. Tras la aprobación de la reforma, se implementaron las modificaciones legales necesarias para dar sustento institucional al proceso electoral, facultando al INE y a los OPLES para su ejecución. No hubo irregularidades, no hubo atajos, solo el ejercicio legítimo del poder reformador.

La politiquería de la derecha y los conservadores, amplificada por conductores de programas de espectáculos y respaldada por magnates evasores de impuestos y una élite académica desconectada de la realidad, intentó deslegitimar un proceso democrático fundamental. Pero el pueblo, una vez más, demostró su madurez política y su compromiso con la transformación.

Ayer, a pesar de las campañas de desinformación, la ciudadanía acudió a las urnas para elegir a sus representantes en el Poder Judicial. Un hito histórico que consolida las libertades en México y abre un nuevo capítulo en nuestra historia democrática. Un proceso que, como todo proceso en construcción, es perfectible, pero que representa un avance significativo en la participación ciudadana.

Si bien el camino hacia una democracia plena es un proceso continuo, la elección judicial de ayer marca un punto de inflexión. Un triunfo para el pueblo y una muestra de que, a pesar de los obstáculos, la transformación sigue avanzando. Y si hubiera algo que corregir en el proceso, tengan la seguridad de que lo haremos, porque nuestro compromiso es con la democracia y con el pueblo de México.

Por Saúl Monreal

Senador de la República

@SAUL_MONREALA

MAAZ