La leyenda del heavy metal, Ozzy Osbourne, se prepara para lo que podría ser su última reverencia en los escenarios. El próximo 5 de julio, el estadio Villa Park de Birmingham, su ciudad natal, vibrará con la energía inigualable del "Príncipe de las Tinieblas" en un concierto que se perfila como histórico. Más allá de marcar el final de su gira "No More Tours 2", la presentación reviste una carga emocional aún mayor: podría ser la última vez que veamos a Ozzy rugir sobre un escenario.

En una reveladora entrevista para el podcast "Ozzy Speaks", el icónico vocalista de Black Sabbath compartió sus sentimientos ante este inminente adiós. "Llueva o truene, voy a terminar esta gira así sea lo último que haga en la vida", declaró con la franqueza que lo caracteriza, añadiendo con un toque de humor negro: "De hecho, en una de esas es así". Estas palabras, cargadas de una emotividad palpable, resonaron con fuerza entre sus millones de seguidores alrededor del mundo, quienes esperan con ansias ser testigos de este momento crucial en la historia del rock.

Ozzy, con la honestidad brutal que siempre lo ha distinguido, confesó que su mente, a menudo un torbellino por el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) que padece, le juega malas pasadas. "Mi cabeza está vuelta loca con el TDAH, me afecta mucho", admitió. La ansiedad ante el concierto es tal que, en su imaginación, ya ha vivido la experiencia completa, incluso su propia muerte antes siquiera de empezar a ensayar. "En mi mente, ya presenté el concierto y morí antes de siquiera comenzar los ejercicios, así que trato de tranquilizarme y hacerlo de nuevo", reveló, ofreciendo una ventana a la compleja batalla interna que libra a diario.

A pesar de los desafíos que representan sus problemas de salud, incluyendo las crisis derivadas del TDAH, el legendario rockero asegura estar más que listo para despedirse de su público con la energía y la pasión que han definido sus más de 55 años de trayectoria. Una carrera plagada de éxitos, controversias y una entrega absoluta a la música que lo ha consagrado como un verdadero ícono.

El pánico escénico, un viejo conocido para cualquier artista, no es ajeno a Ozzy, quien confesó que aún lo experimenta. Sin embargo, una vez que pisa el escenario, toda la incertidumbre desaparece. "Créeme: todavía me da pánico escénico, pero en cuanto subes al escenario es todo o nada", afirmó. Y con un característico destello de humor, añadió: "Puedes preguntárselo al de allá arriba o, en mi caso, al que vive debajo de las escaleras", una referencia irónica a su imagen asociada con lo oscuro y lo sobrenatural.

Este concierto en Villa Park no solo será una despedida de los escenarios, sino también una celebración de la vida y la obra de un artista que ha dejado una huella imborrable en la historia de la música. Una oportunidad única para los fans de todo el mundo de unirse en un último rugido junto al "Madman" y rendir tributo a una leyenda viviente. Un evento que, sin duda, quedará grabado en la memoria colectiva como el épico final de una era. ¿Será realmente el último adiós? Solo el tiempo lo dirá. Lo que sí es seguro es que el 5 de julio, Birmingham será el epicentro del rock mundial, y el mundo entero estará pendiente de Ozzy Osbourne.