En el corazón de Nayarit, donde el abandono y la desolación pintaron un paisaje gris por años, se alza ahora un faro de esperanza: el Estadio de Fútbol Nicolás Álvarez Ortega (NAO). No se trata simplemente de ladrillos y cemento, sino de la materialización de un sueño colectivo, un símbolo de renacimiento para el deporte nayarita y un espacio de encuentro para toda la comunidad. Imaginen un terreno baldío, olvidado, un triste recordatorio de proyectos inconclusos. Eso era lo que se encontraba entre la avenida Insurgentes y Jacarandas, los restos de un sueño truncado, la llamada Ciudad de las Artes que nunca llegó a ser. Hoy, ese espacio se transforma, resurge de las cenizas como el ave fénix, para convertirse en el epicentro del deporte y la cultura en el estado.

Con una inversión estatal que refleja el compromiso del gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero con el desarrollo integral de Nayarit, el nuevo NAO se erige como un coloso de la modernidad. Sus 12,564 asientos vibrarán al unísono con la pasión de la afición, mientras que la infraestructura de vanguardia, construida bajo estándares internacionales, promete un espectáculo deportivo de primer nivel. No solo será un estadio, sino un complejo multifuncional que albergará espacios dedicados a la cultura y las artes, con 600 metros cuadrados destinados a nutrir el espíritu creativo de la comunidad.

Más allá de las gradas y el campo de juego, el NAO representa una oportunidad, una inyección de ánimo para los jóvenes nayaritas que sueñan con alcanzar la gloria deportiva. Como bien lo expresó Misael Espinoza, exfutbolista y actual director del Deporte en Tepic, este estadio es una meta, una ilusión palpable para quienes aspiran a jugar fútbol profesional. Es la semilla de la esperanza sembrada en tierra fértil, un espacio donde los sueños pueden echar raíces y florecer.

El gobernador Navarro Quintero, con la visión de un estratega, no solo ha impulsado la construcción del estadio, sino que ha propuesto la formación de un nuevo equipo profesional: "Los Coras del Deportivo Tepic". Un equipo que llevará el nombre de Nayarit a lo más alto del fútbol mexicano, un equipo que unirá a la afición en un solo grito de aliento. "No sé si me toque verlo, pero quiero que Tepic algún día juegue en Primera División", declaró el gobernador, plasmando en una frase el anhelo de todo un estado.

Las voces de apoyo al proyecto resuenan con fuerza. Ramón Ramírez, figura legendaria del fútbol mexicano, ha salido al frente para desmentir las críticas y destacar la importancia de la obra. "Que se den una vuelta y vean cómo estaba realmente el lugar… esto no era un bosque, era un terreno lleno de basura y maleza", afirmó el exseleccionado nacional, recordando el estado de abandono en el que se encontraba el terreno.

El NAO no solo será un estadio, será un punto de encuentro, un espacio de convivencia donde las familias nayaritas podrán disfrutar de eventos deportivos y culturales. El Club Cachucha, concebido como un área de esparcimiento, y la Escuela Estatal de Música, integrada al complejo, son prueba del compromiso con la formación integral de la comunidad.

En 18 meses, cuando las obras concluyan, Nayarit tendrá un nuevo motivo de orgullo. Un estadio que no solo albergará partidos de fútbol, sino que será testigo del crecimiento y desarrollo de una comunidad que apuesta por el deporte, la cultura y la unidad. El NAO, más que un estadio, un símbolo de la transformación de Nayarit.