La batalla por el espacio público en la Miguel Hidalgo se recrudece. La reciente orden del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México (TJACDMX) de retirar los sellos de suspensión colocados en el mobiliario publicitario de ECOBICI ha desatado una nueva ola de controversia. Mientras el alcalde Mauricio Tabe reitera su firme oposición a la "explotación del suelo y del aire", la decisión del tribunal pone de manifiesto la compleja trama legal que envuelve la publicidad exterior en la capital.

Tabe argumenta que los recursos generados por estos anuncios no benefician directamente a los residentes de la Miguel Hidalgo, quienes, en su opinión, son los verdaderos dueños del paisaje urbano. "No estamos de acuerdo en que se explote el aire sin que los vecinos reciban un beneficio", declaró, subrayando la necesidad de que las ganancias se reinviertan en mejoras para la comunidad. El alcalde insiste en que la alcaldía ha actuado siempre en defensa del interés público y del patrimonio de los vecinos, y que la decisión del tribunal representa un revés en esa lucha.

La polémica se centra en la instalación de 55 muebles publicitarios junto a las estaciones de ECOBICI. La alcaldía, a través de la Dirección General de Gobierno y Asuntos Jurídicos, había procedido a su clausura el pasado 18 de mayo, argumentando que contravenían la Ley de Publicidad Exterior de la CDMX. Específicamente, se alegó la violación del artículo 14, fracción X, que prohíbe la instalación de nuevo mobiliario publicitario en zonas donde ya existen otras modalidades de anuncios. Además, la Dirección Ejecutiva de Planeación y Desarrollo Urbano de la alcaldía había emitido una opinión negativa al respecto desde 2023.

La decisión del TJACDMX reabre el debate sobre el equilibrio entre la necesidad de financiar proyectos públicos y la preservación del espacio urbano. ¿A quién pertenece realmente el "aire" de la ciudad? ¿Es legítimo utilizar el mobiliario urbano como soporte publicitario? ¿Cómo garantizar que los beneficios económicos repercutan en la mejora de la calidad de vida de los residentes? Estas son algunas de las preguntas que plantea este nuevo capítulo en la pugna por el control del paisaje urbano en la Miguel Hidalgo.

La situación se torna aún más compleja si consideramos el contexto de la administración anterior. Tabe ha señalado que la decisión de "vender" los espacios de publicidad exterior para financiar proyectos fue tomada por el gobierno anterior de la Ciudad de México, y que la actual administración de la alcaldía se ve obligada a lidiar con las consecuencias de esa política. Esta afirmación añade una capa adicional de complejidad al conflicto, introduciendo un elemento de disputa política en la ecuación.

Mientras tanto, los vecinos de la Miguel Hidalgo observan con atención el desarrollo de los acontecimientos. La presencia de publicidad en el espacio público afecta directamente su vida cotidiana, y su opinión es un factor clave en la resolución de este conflicto. ¿Se priorizará la generación de recursos o la preservación del paisaje urbano? El futuro de la publicidad exterior en la Miguel Hidalgo pende de un hilo.