La oscuridad, ese manto que a menudo se asocia con la inseguridad, está a punto de ceder ante un ambicioso proyecto que promete iluminar no solo las calles de la Ciudad de México, sino también el futuro de sus habitantes, especialmente de las mujeres. El programa "Ciudad Iluminada, Mujer Segura" no es simplemente una iniciativa de infraestructura, sino una declaración de intenciones: recuperar la tranquilidad y el espacio público para todos.

Imaginen recorrer Insurgentes, una arteria vital de la capital, bañada en una luz cálida y constante, desde su extremo sur hasta el norte, a lo largo de sus más de 40 kilómetros. No solo se trata de una mejora estética, sino de una barrera contra la inseguridad, un faro que guía hacia la tranquilidad. Más allá de la funcionalidad, estas nuevas luminarias contarán con mensajes que invitan a la reflexión, mensajes contra la violencia hacia las mujeres, una constante llamada a la conciencia que resonará en cada rincón iluminado. No serán simples lámparas, sino portavoces de un cambio social, recordatorios silenciosos de la importancia del respeto y la igualdad.

La inversión de mil 700 millones de pesos destinada este año no es un gasto, sino una inversión en el bienestar de la ciudadanía. Es una apuesta por el futuro, por una ciudad donde las mujeres puedan transitar sin miedo, donde la noche deje de ser sinónimo de peligro. El impacto de esta iniciativa va más allá de la seguridad. Imaginen a los comerciantes extendiendo sus horarios de servicio, sintiendo la confianza de que sus negocios están protegidos por la luz. Imaginen a las familias volviendo a las calles, disfrutando de la vida nocturna de sus alcaldías, reviviendo la convivencia y la alegría que la oscuridad había opacado.

Este proyecto no se limita a las grandes avenidas. Su ambición es mucho mayor: alcanzar cada colonia, cada callejón, cada rincón de la ciudad. La luz se extenderá como una red protectora, abarcando incluso las escaleras y los espacios más olvidados. Es una promesa de inclusión, de que ningún lugar quedará en la sombra, de que todos los habitantes tendrán derecho a sentirse seguros y protegidos.

"Ciudad Iluminada, Mujer Segura" no es solo un programa de iluminación, es un símbolo de esperanza. Es la promesa de una ciudad más justa, más segura y más vibrante, donde la luz no solo ilumine las calles, sino también el camino hacia un futuro mejor. Es una invitación a todos los ciudadanos a unirse a este cambio, a ser parte de una transformación que busca devolver la tranquilidad y la alegría a las calles de la Ciudad de México. Es un paso firme hacia la construcción de una ciudad donde la seguridad sea un derecho y no un privilegio. Una ciudad donde la luz sea sinónimo de paz, de convivencia y de esperanza.