
2 de junio de 2025 a las 04:50
Gusanos prehistóricos despiertan tras 30 mil años
El permafrost siberiano, un mundo congelado en el tiempo, ha revelado un secreto asombroso que parece sacado de una novela de ciencia ficción. Dos diminutos gusanos nematodos, dormidos durante milenios en el hielo perpetuo, han despertado no solo a la vida, sino también a la reproducción. Imaginen, un instante congelado en el Pleistoceno, hace más de 40,000 años, cuando mamuts lanudos recorrían la tundra y el mundo era un lugar radicalmente diferente. Estos dos pequeños seres, testigos silenciosos de eras pasadas, han resurgido, ofreciendo una ventana fascinante hacia la resistencia de la vida y planteando interrogantes que rozan los límites de la ciencia.
El descubrimiento, realizado por un equipo de científicos rusos en la gélida región de Yakutia, comenzó con la recolección de 300 nematodos congelados, algunos de ellos encontrados en los restos de una antigua ardilla. Tras un meticuloso proceso de descongelación, dos de estos nematodos, uno con una edad estimada de 32,000 años y el otro con la asombrosa cifra de 41,700 años, mostraron signos de vida. No solo se movían, sino que también comenzaban a alimentarse, adaptándose a su nuevo entorno con una plasticidad sorprendente. Y lo más impactante: comenzaron a reproducirse, un hito científico que abre un nuevo capítulo en la comprensión de la biología de la supervivencia.
Este renacimiento, digno de una epopeya mitológica, se atribuye a un fenómeno conocido como criptobiosis, una estrategia de supervivencia extrema que permite a ciertos organismos reducir sus funciones metabólicas a un mínimo casi imperceptible ante condiciones ambientales hostiles. Si bien se conocía la capacidad de los tardígrados, esos diminutos "osos de agua" microscópicos, para emplear la criptobiosis e incluso resistir la radiación, observar este mecanismo en organismos tan antiguos como estos nematodos es un evento sin precedentes. ¿Qué secretos guarda su ADN? ¿Qué mecanismos moleculares les permitieron detener el tiempo y reiniciarlo miles de años después?
Las implicaciones de este descubrimiento son vastas y prometedoras. Desde la criopreservación de órganos para trasplantes, hasta la posibilidad de comprender mejor los mecanismos del envejecimiento e incluso, a largo plazo, la lucha contra la muerte misma, la criptobiosis se presenta como un campo de investigación fascinante con un potencial transformador. Imaginen las posibilidades: preservar células, tejidos e incluso órganos en un estado de animación suspendida, listos para ser revividos cuando la tecnología médica lo permita. Un futuro que hasta hace poco parecía relegado a la ciencia ficción, ahora se vislumbra en el horizonte gracias a estos dos pequeños gusanos, viajeros del tiempo que nos susurran secretos milenarios desde el hielo.
La investigación, liderada por el Instituto de Problemas Fisicoquímicos y Biológicos en Ciencias de la Tierra, continúa explorando las particularidades de estos nematodos resucitados. Cada movimiento, cada interacción, cada división celular es analizada minuciosamente, buscando descifrar el enigma de su longevidad y su capacidad de adaptación. ¿Qué nos enseñarán sobre la vida, la muerte y los límites de la supervivencia? El tiempo, irónicamente, lo dirá.
Fuente: El Heraldo de México