Oaxaca escribe un nuevo capítulo en la historia de la democracia mexicana. La vibrante jornada electoral para la renovación del Poder Judicial ha dejado una profunda huella en el estado, con una participación ciudadana que desbordó las expectativas y confirmó el compromiso de las y los oaxaqueños con la transformación del país. El eco de las voces resonó en cada casilla, tejiendo una melodía de civismo y esperanza que se extendió por todo el territorio.

Desde las primeras horas del día, hombres y mujeres de todas las edades acudieron a las urnas, con la convicción de ser protagonistas de un cambio histórico. La afluencia masiva a los centros de votación, en un ambiente de paz y orden, pintó un cuadro inspirador de la vitalidad democrática que se vive en Oaxaca. El Gobernador Salomón Jara Cruz, testigo presencial de esta jornada memorable, no dudó en calificar la elección como una "fiesta cívica exitosa", un testimonio elocuente de la madurez política del pueblo oaxaqueño.

La trascendencia de esta elección radica en la oportunidad única que tuvo la ciudadanía de elegir, por primera vez en la historia del país, a las personas que integrarán el Poder Judicial Federal. Un hecho sin precedentes que consolida el camino hacia un sistema judicial más justo, transparente e imparcial, un anhelo largamente acariciado por la sociedad. El voto de cada oaxaqueño y oaxaqueña se convirtió en un pilar fundamental para la construcción de este nuevo Poder Judicial, un poder que estará al servicio del pueblo y que responderá a las demandas de justicia social.

Más allá de la cifra histórica de participación, que rozó el 99% de las casillas instaladas, lo que realmente conmueve es el espíritu cívico y la responsabilidad que demostraron las y los ciudadanos al ejercer su derecho al voto. Este compromiso inquebrantable con la democracia es un ejemplo para todo México y una muestra fehaciente de que la transformación del país es un proceso que se construye desde la base, con la participación activa y consciente de cada individuo.

El Gobernador Jara Cruz, visiblemente emocionado, expresó su profundo reconocimiento a todas las personas que hicieron posible esta jornada histórica. Sus palabras resonaron con fuerza al afirmar que "juntas y juntos vamos a restaurar el sistema de justicia, vamos a construir un Poder Judicial que esté del lado del pueblo". Una promesa que se convierte en un mandato y que se sustenta en la voluntad inquebrantable de un pueblo que ha decidido tomar las riendas de su destino.

Oaxaca, una vez más, se erige como un faro de esperanza para México. Su ejemplo de participación ciudadana y compromiso con la transformación ilumina el camino hacia un futuro más justo y democrático. La jornada electoral para la renovación del Poder Judicial ha dejado una huella imborrable en la historia del estado, un legado de civismo y esperanza que se transmitirá de generación en generación. Y mientras el sol se pone en el horizonte oaxaqueño, la promesa de un futuro mejor brilla con intensidad, alimentada por la convicción de un pueblo que ha decidido ser protagonista de su propia historia.