
2 de junio de 2025 a las 15:55
Gasolinazo: ¿Duele en tu bolsillo?
El fantasma de la inflación sigue acechando los bolsillos de los mexicanos, y una vez más, la gasolina se convierte en protagonista de esta historia. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha confirmado lo que muchos temían: el IEPS para la gasolina Magna y el Diésel se mantiene al 100%, sin el alivio de un estímulo fiscal. Esto significa que el costo total de este impuesto, impacta directamente en el precio final que pagamos en las gasolineras.
Con un precio promedio nacional de 23.49 pesos por litro para la Magna, 25.51 para la Premium y 25.81 para el Diésel, según datos de PETROIntelligence al 2 de junio de 2025, el panorama se presenta complejo. Y es que estas cifras, que ya de por sí representan un gasto considerable, son solo un punto de partida. La variabilidad de precios por región añade otra capa de complejidad al escenario.
En la Ciudad de México, corazón financiero del país, el litro de Magna alcanza los 23.50 pesos, mientras que la Premium llega a los 25.60 y el Diésel a 25.53. Un ligero respiro en comparación con otras zonas, pero un respiro que se desvanece rápidamente al considerar el costo de vida en la capital.
Si viajamos a Jalisco, el escenario se endurece. Allí, la Magna se eleva a 23.89 pesos por litro, la Premium a 26.15 y el Diésel se mantiene en 25.80. La diferencia, aunque parezca mínima en números absolutos, se traduce en un impacto significativo para los consumidores, especialmente para aquellos que dependen de sus vehículos para el trabajo o el transporte diario.
Nuevo León, otro motor económico del país, presenta un panorama similar. La Magna se ubica en 23.83 pesos, mientras que la Premium se dispara a 27.11, la más cara del país según los datos presentados. El Diésel, por su parte, se mantiene en 25.80 pesos. Esta disparidad en el precio de la Premium, sin duda, genera interrogantes sobre los factores que influyen en la fijación de precios en cada región.
Para quienes han optado por el gas natural vehicular, una alternativa aparentemente más económica, la situación no es del todo alentadora. Si bien el precio mínimo por litro se encuentra en 10.99 pesos, el promedio se ubica en 12.55, con un máximo de 13.99. Esta fluctuación, aunque menor en comparación con la gasolina tradicional, sigue representando una incertidumbre para los usuarios.
Ante este panorama, la labor de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se vuelve crucial. A través de su Subprocuraduría de Verificación, la Profeco mantiene un programa permanente de revisión en gasolineras de todo el país. Esta vigilancia busca garantizar que los precios sean justos y que no se cometan abusos en perjuicio de los consumidores. Sin embargo, la realidad es que la presión en los bolsillos de los mexicanos persiste, y la incertidumbre sobre el futuro del precio de los combustibles continúa en el aire. ¿Veremos un cambio en la política fiscal? ¿Se implementarán medidas para aliviar la carga económica que representan estos precios? Son preguntas que, por el momento, permanecen sin respuesta.
Fuente: El Heraldo de México