La reciente presentación de Lupita D'Alessio en el Zócalo capitalino no solo fue un regalo para las madres mexicanas, sino también un emotivo retorno a los escenarios tras un período de convalecencia que mantuvo en vilo a sus seguidores. La fuerza interpretativa de "La Leona Dormida" resonó con la misma potencia de siempre, despertando la admiración del público y confirmando su inquebrantable pasión por la música. Sin embargo, la alegría del reencuentro se vio empañada por especulaciones sobre su estado de salud. Algunos medios insinuaron que la cantante requirió asistencia de oxígeno durante su actuación, una afirmación que su hijo, Ernesto D’Alessio, ha desmentido categóricamente.

Con la vehemencia que lo caracteriza, Ernesto defendió la imagen de su madre, rechazando las versiones que la presentaban en un estado de fragilidad. Sus palabras, cargadas de indignación y filial protección, pusieron de manifiesto la importancia de contrastar la información y no caer en la propagación de rumores infundados. “¿Dónde vieron que usó oxígeno? ¡Muéstrenme las pruebas!”, exigió a la prensa, instando a un periodismo responsable que privilegie la veracidad por encima del sensacionalismo.

Más allá de desmentir las especulaciones, Ernesto aprovechó la oportunidad para hablar sobre los futuros planes de Lupita y su deseo de retirarse de los escenarios en sus propios términos. Confirmó que la gira de la cantante continúa con paso firme, con varias fechas programadas para deleite de sus fanáticos. Si bien el lugar y la fecha de su última presentación permanecen inciertos, lo que sí está claro es la voluntad de Lupita de disfrutar cada instante de esta etapa final de su carrera, rodeada del cariño del público y el apoyo incondicional de su familia.

Un aspecto particularmente revelador de las declaraciones de Ernesto fue la rotunda negativa de su madre a recibir homenajes póstumos. Con la franqueza que la distingue, Lupita ha expresado su deseo de que su partida sea un evento íntimo, alejado de los reflectores y las ceremonias públicas. “No quiero carrozas fúnebres ni artistas despidiéndome”, ha declarado la cantante, en una petición que sus hijos respetan y han compartido públicamente para evitar malentendidos en el futuro. De hecho, ha prohibido expresamente a sus tres hijos asistir a cualquier homenaje que se le quiera rendir tras su fallecimiento, una decisión que, aunque pueda sorprender a algunos, refleja la personalidad independiente y poco convencional de “La Leona Dormida”.

En definitiva, las palabras de Ernesto D'Alessio nos permiten vislumbrar la dimensión humana detrás del icono musical. Nos muestran a una Lupita D’Alessio en plenitud, decidida a vivir sus últimos años en los escenarios con la misma pasión y entrega de siempre, y con la claridad de quien sabe lo que quiere y cómo quiere ser recordada. Una artista que, más allá de los premios y el reconocimiento, valora la intimidad y la sencillez en los momentos más trascendentales de la vida.