La democracia sonorense se puso a prueba este domingo en una jornada electoral marcada por contrastes. Si bien el proceso se desarrolló sin incidentes de gravedad que impidieran el ejercicio del voto para la elección de jueces, magistrados y ministros, tanto a nivel federal como local, la baja afluencia ciudadana en las urnas generó preocupación. Un panorama que se repitió en diversas casillas, algunas de las cuales apenas registraron un centenar de votantes, lejos de las cifras esperadas para un proceso de esta envergadura. Esto nos invita a reflexionar sobre la participación ciudadana y los factores que pueden influir en la decisión de los sonorenses de acudir o no a las urnas. ¿Apatía? ¿Desconfianza? ¿Desinformación? Son preguntas que merecen un análisis profundo para fortalecer la vida democrática de nuestro estado.

A pesar de la tranquilidad general, la instalación de las mil 937 casillas electorales, incluyendo siete destinadas al voto foráneo, no estuvo exenta de dificultades. Si bien las autoridades confirmaron la instalación del 100% de las casillas para la una de la tarde, se reportaron retrasos de entre una y dos horas en promedio, e incluso algunas que tardaron hasta cuatro horas en abrir sus puertas. Estos retrasos, principalmente atribuidos a la falta de funcionarios de casilla, según lo informado por la vocal ejecutiva del INE en Sonora, Verónica Sandoval, pudieron haber desalentado a algunos electores y contribuido a la baja participación. Imaginemos la frustración de quienes, dispuestos a ejercer su derecho ciudadano, se encuentran con casillas cerradas o con demoras significativas. Es fundamental revisar los protocolos de preparación y logística para futuras elecciones, asegurando la puntualidad y eficiencia en la instalación de las mesas receptoras de votos.

El incidente en Agua Prieta, donde la presidenta de una casilla no se presentó a tiempo, obligando a la intervención de la Policía Municipal para recuperar los paquetes electorales, aunque sin necesidad de abrirlos, ilustra las complejidades que pueden surgir durante una jornada electoral. Afortunadamente, la situación se resolvió sin mayores consecuencias, pero nos recuerda la importancia de la responsabilidad y el compromiso de quienes asumen la tarea de presidir y operar las casillas. La capacitación adecuada y la conciencia cívica son pilares fundamentales para garantizar la transparencia y la legitimidad del proceso.

Las condiciones climáticas también jugaron un papel en la jornada electoral. Las precipitaciones registradas en Bahía de Kino, Etchojoa, Guaymas, Navojoa y Cajeme, provocadas por los remanentes de la baja presión Alvin, obligaron al cierre temporal de algunas casillas en Ciudad Obregón y otros municipios del sur del estado. Si bien se reabrieron una vez pasadas las lluvias y el viento, es posible que este factor meteorológico haya disuadido a algunos ciudadanos de acudir a votar.

El cierre de la mayoría de las casillas a las 6 de la tarde, hora de Sonora, refleja la baja afluencia registrada durante la jornada, incluso en las casillas especiales, donde se alcanzó el límite de las mil boletas disponibles. La rápida preparación y traslado de los paquetes electorales a los consejos distritales y municipales, en un tiempo estimado de entre una y dos horas, demuestra la eficiencia de los funcionarios en la etapa final del proceso. Ahora, la atención se centra en el conteo de votos, que comenzará el 2 de junio y se espera que concluya en Hermosillo para el 4 o 5 de junio. Será entonces cuando se conozcan los resultados y se pueda evaluar el impacto de la baja participación en la configuración del nuevo panorama político en Sonora.