
2 de junio de 2025 a las 09:25
Dile adiós al tabaco, dile hola a la vida.
El humo del tabaco, una sombra persistente que se cierne sobre nuestra salud, nos obliga a reflexionar una vez más en este Día Mundial sin Tabaco. Más allá de las cifras alarmantes –más de 63,000 muertes anuales en México, según la Secretaría de Salud, y ocho millones a nivel mundial, de acuerdo con la OMS–, se esconde una realidad compleja y preocupante: la normalización de un hábito letal. No podemos permitir que la cotidianidad nos ciegue ante la tragedia que representa cada vida perdida por una adicción evitable.
No se trata simplemente de una cuestión de "fuerza de voluntad". El tabaco es una trampa química, una elaborada red de más de siete mil sustancias, incluyendo venenos como el arsénico, diseñadas para atrapar a sus víctimas en un ciclo de dependencia. La nicotina, ese falso amigo que promete calma, en realidad orquesta una danza perversa de descargas de dopamina y ansiedades crecientes. La ilusión de la relajación se desvanece rápidamente, dejando tras de sí un anhelo insaciable por la siguiente dosis.
El daño, además, se extiende mucho más allá de los pulmones. El tabaco ataca sigilosamente múltiples sistemas del organismo. A corto plazo, altera la oxigenación y el ritmo cardíaco, sembrando las semillas de futuros problemas. A largo plazo, la cosecha es amarga: enfermedades cardiovasculares, diversos tipos de cáncer, EPOC, y un deterioro neurológico que apaga la luz de la mente.
La industria tabacalera, con su inagotable sed de lucro, ha perfeccionado el arte de la seducción. Conscientes de la pérdida de atractivo del cigarro tradicional, se reinventan constantemente, ofreciendo versiones "light" y vapeadores con sabores dulces, diseñados para enganchar a las nuevas generaciones. Se disfraza el veneno de caramelo, se vende la adicción como libertad, y se atrapa a los jóvenes en una trampa mortal.
La creencia errónea de que los vapeadores son menos dañinos es un peligroso espejismo. La realidad es que son igual de adictivos y nocivos, una puerta de entrada a un mundo de dependencia. No podemos bajar la guardia. La lucha contra el tabaco exige una estrategia integral, un frente unido que abarque todos los ámbitos de la sociedad.
La prevención es la clave. Debemos sembrar la semilla del conocimiento en las aulas, cultivar la conciencia en los hogares, y construir entornos saludables en nuestras comunidades. La información crítica, los programas permanentes, y el apoyo constante son las armas que necesitamos para combatir esta epidemia.
El sistema de salud juega un papel crucial en esta batalla. Instituciones como el IMSS ofrecen programas integrales que combinan tratamientos farmacológicos, terapia psicológica, y un seguimiento personalizado. En 2024, se brindaron miles de consultas de orientación y rehabilitación, demostrando que dejar de fumar es posible con el acompañamiento adecuado.
Dejar de fumar salva vidas, pero evitar que se inicie las transforma. El Día Mundial sin Tabaco debe ser un punto de inflexión, un llamado a la acción. Si estás listo para dar el primer paso, acércate a tu Unidad de Medicina Familiar del IMSS. Allí encontrarás la orientación, el tratamiento, y el apoyo especializado que necesitas para liberarte de las garras del tabaco. El momento de actuar es ahora. No esperes a que el humo apague tu vida.
Fuente: El Heraldo de México