La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) vuelve a tomar las calles, reactivando el espíritu de lucha que los caracteriza. Desde el lunes, docentes chiapanecos se apostaron en la caseta de cuota que conecta Chiapa de Corzo con San Cristóbal de Las Casas, no para obstruir el paso, sino para extender la mano solidaria a sus compañeros que mantienen el plantón en la Ciudad de México. Este boteo no es solo una colecta, es un símbolo de la unidad y la perseverancia del magisterio, una muestra palpable de que la lucha por sus derechos continúa vigente.

El apoyo recolectado servirá para fortalecer la resistencia en el campamento de la capital, donde día y noche, los maestros alzan la voz para exigir respuestas a sus demandas. Lejos de replegarse, como algunos rumores insinuaban, la Sección 22 de Oaxaca y la CNTE en su conjunto refuerzan su compromiso con la causa. Las instrucciones son claras: fortalecer el campamento nacional y redoblar las acciones en todo el país. La lucha no se limita a la Ciudad de México, sino que se extiende a cada rincón donde un maestro alza la bandera de la justicia y la dignidad.

En Chiapas, el paro indefinido se mantiene firme como una roca ante la marea. La falta de soluciones concretas por parte de las autoridades ha alimentado la llama de la resistencia. Los maestros chiapanecos no claudicarán hasta que sus voces sean escuchadas y sus demandas atendidas. La abrogación de la reforma a la Ley del ISSSTE del 2007 y la derogación de la reforma educativa son solo algunas de las reivindicaciones que motivan esta lucha. Demandas que han sido expuestas públicamente una y otra vez, demandas que resuenan en las calles y en las conciencias, demandas que exigen una respuesta.

La movilización no se limita a la caseta de cuota. En diversos municipios, como Tapachula, se replican las acciones de protesta. La CNTE se mueve como un solo cuerpo, un organismo vivo que se extiende por todo el territorio nacional. El eco de sus demandas resuena en las montañas y en las ciudades, un llamado a la justicia que no puede ser ignorado.

Esta semana, Chiapas se convierte en el epicentro de la resistencia magisterial. Las actividades continuarán, las manos seguirán extendidas, las voces seguirán alzándose. La CNTE no se detendrá hasta alcanzar la victoria. El compromiso con la educación pública y con los derechos de los trabajadores de la educación es inquebrantable. La lucha sigue, más viva que nunca. El futuro de la educación está en juego y los maestros están dispuestos a defenderlo hasta las últimas consecuencias. Están escribiendo una nueva página en la historia de la lucha social en México, una página llena de esperanza, de coraje y de determinación.