Un año ha transcurrido desde aquel día histórico que resonó en cada rincón de México. Un día en que la esperanza se materializó en la figura de Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer en asumir la presidencia de nuestro país. La jornada electoral del 2 de junio de 2024 no fue una simple elección, sino la culminación de años de lucha, la cristalización de un anhelo colectivo por un futuro más inclusivo y equitativo. Millones de mexicanas y mexicanos salieron a las urnas, no solo para ejercer su derecho al voto, sino para ser protagonistas de un cambio trascendental, para escribir con tinta indeleble un nuevo capítulo en la historia de nuestra nación.

La victoria de Claudia Sheinbaum Pardo no se limitó a romper un techo de cristal; representó la apertura de una puerta hacia un horizonte de posibilidades. Su triunfo resonó con la fuerza de un terremoto político, sacudiendo los cimientos de un sistema que por demasiado tiempo había relegado a las mujeres a un segundo plano. Fue un triunfo que trascendió las fronteras partidistas, unificando a un pueblo ávido de transformación y liderazgo con sensibilidad social.

El mensaje de Ariadna Montiel Reyes, Secretaria del Bienestar, no solo conmemora un aniversario, sino que encapsula el sentimiento compartido por millones de personas. Su emotivo recordatorio nos invita a reflexionar sobre la magnitud de aquel acontecimiento y sobre la responsabilidad que conlleva. La continuidad de la Cuarta Transformación, ahora bajo el liderazgo de una mujer, adquiere una nueva dimensión, enriqueciéndose con la perspectiva de género y con la firme convicción de construir un México más justo y solidario.

El humanismo mexicano, principio fundamental de este movimiento transformador, encuentra en Claudia Sheinbaum una digna representante. Su trayectoria política, marcada por la defensa de los derechos sociales y la búsqueda del bienestar colectivo, la convierte en la figura idónea para liderar la construcción del segundo piso de la 4T. Su compromiso con la justicia social se traduce en acciones concretas que buscan erradicar la desigualdad y garantizar el acceso a oportunidades para todos los mexicanos.

El camino recorrido hasta este primer aniversario no ha estado exento de desafíos. Sin embargo, la Presidenta Sheinbaum ha demostrado una capacidad excepcional para sortear obstáculos y mantener el rumbo trazado. Su liderazgo firme y visionario ha inspirado confianza y ha generado un clima de optimismo en el país. La unidad del pueblo mexicano, forjada en la lucha por un futuro mejor, se ha convertido en el motor impulsor de la transformación.

A un año de su histórica victoria, Claudia Sheinbaum Pardo se consolida como un símbolo de esperanza y progreso para México. Su presidencia representa la culminación de un sueño colectivo y el inicio de una nueva era. Un era en la que la igualdad, la justicia y el bienestar social son los pilares fundamentales de la construcción de un país más próspero y equitativo para todos.