El silencio tras las rejas de Santa Martha Acatitla esconde un sinfín de historias, y la de Marianne Gonzaga, la influencer acusada de agredir a la modelo Valentina Gilabert, no es la excepción. A pesar del hermetismo que rodea el caso, debido a la minoría de edad de las involucradas, pequeñas gotas de información se filtran, revelando detalles de la vida dentro del centro penitenciario y, sobre todo, de la compleja dinámica entre las jóvenes reclusas.

La supuesta ruptura entre Marianne y Aintzane "N", su presunta cómplice en el ataque, ha generado un nuevo capítulo en esta historia que ha mantenido en vilo a las redes sociales. De acuerdo con la cuenta de Instagram @reasdeturquesa, conocida por sus revelaciones sobre el caso, la otrora amistad entre ambas se ha desvanecido. Mientras que Marianne se muestra sociable e integrada con el resto de las internas, el vínculo con Aintzane "N" parece haberse roto.

Esta información cobra mayor relevancia al recordar la fotografía difundida hace unas semanas, donde se observa a un grupo de jóvenes reclusas participando en actividades dentro de Santa Martha Acatitla. Aunque ambas aparecen en la imagen, su distanciamiento es evidente, ocupando extremos opuestos del grupo. "Obvio tiene que verse y convivir, son 18 internas, no es como que sean tantas como en Santa Martha, que cada una ande en la suya, pero pues amigas, amigas, ya no son", apuntaba la fuente, recalcando la diferencia entre una convivencia obligada por las circunstancias y la cercanía de una amistad genuina.

La figura de Aintzane "N" ha estado envuelta en sombras desde el inicio del caso. Presente en varios videos de Valentina Gilabert y Marianne Gonzaga, la joven de la Ciudad de México fue detenida el 6 de marzo, acusada de ser cómplice en la agresión. Su vínculo a proceso por lesiones calificadas, al igual que el de Akram "N", de 18 años y recluido en el Reclusorio Oriente, reafirma la gravedad de su participación en los hechos que llevaron a Valentina Gilabert a ser hospitalizada con 12 puñaladas.

¿Qué llevó al quiebre de la relación entre Marianne y Aintzane? ¿Fue el peso de la culpa, la presión del encierro o la traición de una confidencia? Las especulaciones se multiplican en las redes sociales, mientras que la verdad permanece oculta tras los muros de la prisión. Lo cierto es que la vida de estas jóvenes ha dado un giro drástico. Del brillo efímero de las redes sociales, han pasado a la cruda realidad de una celda, donde cada día se enfrentan a las consecuencias de sus actos.

El caso de Marianne Gonzaga y Valentina Gilabert continúa generando interrogantes. Más allá del morbo y la curiosidad, este suceso nos invita a reflexionar sobre la influencia de las redes sociales, la fragilidad de las relaciones virtuales y las devastadoras consecuencias que puede tener la violencia, tanto física como emocional. Mientras tanto, en Santa Martha Acatitla, la vida sigue su curso, marcada por el silencio, la incertidumbre y la esperanza de una segunda oportunidad.