La austeridad impuesta por el gobierno federal durante el primer cuatrimestre de 2025 ha generado un intenso debate en el país. Las cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) revelan un gasto neto total de tres billones 935.1 millones de pesos, un 3.7% menor al mismo periodo de 2024. Si bien esto podría interpretarse como una señal de responsabilidad fiscal, la realidad es que se ha traducido en un subejercicio de 216 mil 618.7 millones de pesos, recursos que ya habían sido aprobados por el Congreso de la Unión y que estaban destinados a áreas cruciales para el desarrollo del país.

Este recorte presupuestario, justificado bajo el argumento de la “eficiencia”, ha impactado de manera significativa el gasto programable, aquel destinado a instituciones gubernamentales, programas de educación, salud e infraestructura. Con una reducción del 7.6%, alcanzando apenas dos billones 81 mil 797.2 millones de pesos, se ha generado un subejercicio de 178 mil 324.3 millones de pesos en este rubro. ¿Cuáles son las consecuencias de esta política de austeridad? ¿Estamos sacrificando el futuro del país en aras de un supuesto ahorro?

El análisis detallado del gasto del gobierno federal revela una disminución del 9.9%, utilizando un billón 675 mil 176.8 millones de pesos, 98 mil 953.5 millones de pesos menos de lo autorizado. Las consecuencias de este recorte son palpables en sectores clave como el turismo, medio ambiente, trabajo y salud.

La Secretaría de Turismo, por ejemplo, presentó un gasto de apenas 619.7 millones de pesos, un desplome del 98.9% en comparación con el mismo periodo de 2024. Este drástico recorte plantea serias interrogantes sobre la estrategia del gobierno para impulsar un sector tan importante para la economía nacional. ¿Cómo se pretende reactivar el turismo con una inversión tan limitada? ¿Qué impacto tendrá esta decisión en la generación de empleos y el desarrollo de las comunidades que dependen de esta actividad?

La situación no es menos preocupante en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, con un gasto de seis mil 808.1 millones de pesos, un 73% menos que el año anterior. Esta reducción presupuestaria pone en riesgo la protección del medio ambiente y la implementación de políticas para combatir el cambio climático, una problemática de vital importancia para el presente y el futuro del país. ¿Estamos priorizando el ahorro a corto plazo sobre la sostenibilidad a largo plazo?

La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) también ha sufrido los embates de la austeridad, con un gasto de cinco mil 931.4 millones de pesos, una disminución del 60% respecto al primer cuatrimestre de 2024. Este recorte impacta directamente en programas de capacitación, fomento al empleo y protección de los derechos laborales. ¿Cómo se pretende impulsar el desarrollo económico y social del país con una inversión tan reducida en el ámbito laboral?

Finalmente, la Secretaría de Salud, un sector fundamental para el bienestar de la población, ha visto reducido su gasto en un 23.1%, alcanzando apenas 13 mil 259.1 millones de pesos. Esta disminución plantea serias preocupaciones sobre la capacidad del sistema de salud para atender las necesidades de la población, especialmente en un contexto de incertidumbre sanitaria. ¿Estamos poniendo en riesgo la salud de los mexicanos con esta política de austeridad?

La austeridad, si bien necesaria en ciertos contextos, no debe comprometer el desarrollo del país ni el bienestar de la población. Es crucial que el gobierno federal revise su estrategia presupuestaria y garantice la inversión en sectores clave como educación, salud, medio ambiente e infraestructura, pilares fundamentales para un futuro próspero y sostenible. La discusión pública sobre este tema es esencial para asegurar un uso responsable y eficiente de los recursos públicos.