
3 de junio de 2025 a las 01:00
Aguilar, indígena a la presidencia de la SCJN
La posible llegada de Hugo Aguilar Ortiz a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no solo representa un cambio en el panorama jurídico mexicano, sino que simboliza una victoria para la visibilidad y representación de las comunidades indígenas en los más altos escalones del poder. Su liderazgo, forjado en las raíces de Oaxaca y nutrido por el conocimiento profundo de las necesidades de los pueblos originarios, promete una perspectiva fresca y transformadora en la aplicación de la justicia.
El hecho de que las encuestas no hayan previsto su éxito electoral, según lo expresado por el propio Aguilar Ortiz, pone de manifiesto la profunda brecha que aún existe entre las herramientas tradicionales de medición de la opinión pública y la realidad de las comunidades indígenas. Este fenómeno, lejos de ser una anécdota, revela la necesidad urgente de desarrollar mecanismos más inclusivos que permitan captar la voz y las perspectivas de todos los sectores de la sociedad mexicana. La invisibilización de las comunidades indígenas en los estudios demoscópicos tradicionales no solo distorsiona la imagen del país, sino que también limita la capacidad de las instituciones para responder a las necesidades reales de su población.
La campaña “a ras de tierra” que llevó a cabo el abogado mixteco, recorriendo comunidades y escuchando de primera mano las inquietudes de la gente, contrasta con las estrategias tradicionales de campaña centradas en los medios masivos de comunicación. Este enfoque, basado en el contacto directo y la construcción de lazos de confianza, demuestra la importancia de la cercanía con la ciudadanía, especialmente con aquellos sectores que históricamente han sido marginados. El entusiasmo generado por la candidatura de Aguilar Ortiz es un testimonio del anhelo de cambio y representación que existe en las comunidades indígenas.
La posibilidad de que un indígena ocupe la presidencia de la SCJN, 170 años después de Benito Juárez García, es un hito histórico que renueva la esperanza en un sistema judicial más incluyente y representativo. Este hecho trasciende lo simbólico y se convierte en un poderoso mensaje de que el acceso a las más altas instancias de poder no está vedado para ningún sector de la población. La trayectoria de Aguilar Ortiz, desde sus orígenes en Oaxaca hasta su posible llegada a la presidencia de la SCJN, es un ejemplo inspirador para las nuevas generaciones de indígenas que aspiran a ocupar espacios de liderazgo y transformar la realidad del país.
La independencia del Poder Judicial es un pilar fundamental del Estado de derecho. La afirmación de Aguilar Ortiz sobre su compromiso con la autonomía de la SCJN, respetando la división de poderes establecida en la Constitución, genera confianza en su capacidad para ejercer el cargo con imparcialidad y apego a la ley. Sin embargo, la independencia no debe confundirse con aislamiento. El diálogo interinstitucional es esencial para el buen funcionamiento del Estado. La apertura al diálogo, combinada con la independencia y legitimidad que le otorga el voto popular, posiciona a Aguilar Ortiz como una figura clave para fortalecer el Estado de derecho y promover la justicia social en México. Su llegada a la presidencia de la SCJN representa una oportunidad histórica para construir un sistema judicial más justo, equitativo y representativo de la diversidad del país.
Fuente: El Heraldo de México