La posible llegada de Hugo Aguilar Ortiz a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha generado una ola de esperanza y expectativa en las comunidades indígenas de México. Su liderazgo en el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y su firme compromiso con la defensa de los derechos colectivos lo posicionan como una figura clave para la inclusión y la representación de los pueblos originarios en el máximo tribunal del país. Tras las elecciones, el entusiasmo es palpable, la participación masiva de los pueblos indígenas en el proceso electoral, como lo destacó Aguilar Ortiz en su entrevista con Adriana Delgado, refleja la importancia de este momento histórico.

Casi 170 años después de la participación de Benito Juárez en la SCJN, la posibilidad de tener nuevamente a un indígena en este importante órgano de justicia representa un hito en la lucha por el reconocimiento y la reivindicación de los derechos de los pueblos originarios. La ausencia de una voz indígena en la Corte, como lo señaló el propio Aguilar Ortiz, ha significado una falta de atención a las problemáticas y necesidades específicas de estas comunidades.

La visión de Aguilar Ortiz para la SCJN va más allá de la simple representación simbólica. Su propuesta de descentralización del sistema judicial busca acercar la justicia a las comunidades indígenas, reconociendo sus propias formas de organización y jurisdicción. Esta perspectiva innovadora promete una transformación profunda en la administración de justicia, un cambio que podría sentar las bases para un sistema más justo e incluyente.

La articulación entre la jurisdicción indígena y el sistema judicial nacional es un desafío crucial que Aguilar Ortiz está dispuesto a abordar. Su experiencia en el INPI le ha proporcionado un profundo conocimiento de las complejidades del derecho indígena y la necesidad de armonizarlo con el marco legal nacional. Esta tarea, sin duda, requerirá de un diálogo intercultural constante y una apertura al entendimiento de las diversas cosmovisiones que coexisten en el país.

La insuficiencia de jueces y tribunales en México es una realidad que afecta a todos los ciudadanos, pero que impacta de manera particular en las comunidades indígenas, que a menudo se encuentran en zonas marginadas con acceso limitado a la justicia. La propuesta de Aguilar Ortiz de articular mecanismos desde las comunidades y municipios representa una estrategia innovadora para acercar la justicia a quienes más la necesitan. Este enfoque participativo, que involucra a las propias comunidades en la administración de justicia, podría ser la clave para superar las barreras geográficas y culturales que dificultan el acceso a un sistema judicial eficiente.

La promesa de una justicia pronta y expedita es un compromiso que Aguilar Ortiz asume con la seriedad que exige el cargo. Su disposición a trabajar "de tiempo completo" y a extender horarios, de ser necesario, demuestra su dedicación y compromiso con la tarea que tiene por delante. Esta ética de trabajo, combinada con su visión innovadora y su profundo conocimiento de la realidad indígena, genera confianza en la posibilidad de un cambio real en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La confirmación de los resultados oficiales por parte del Instituto Nacional Electoral marcará el inicio de una nueva era en la historia de la justicia en México. La llegada de Hugo Aguilar Ortiz a la SCJN representa no solo un triunfo para los pueblos indígenas, sino también una oportunidad para construir un país más justo, equitativo e incluyente para todos. El camino por recorrer es largo y complejo, pero la esperanza y la expectativa generadas por este nombramiento iluminan el futuro de la justicia en México.