
2 de junio de 2025 a las 01:05
Tragedia en la Narvarte: Amor y venganza
La violencia doméstica, un fantasma que acecha en la intimidad del hogar, ha vuelto a sacudir a la alcaldía Benito Juárez. Un hombre de 76 años, tras los muros de una vivienda en la colonia Narvarte Oriente, se convirtió en agresor, desatando la tragedia con el estruendo de un disparo dirigido contra su expareja, una mujer de 57 años. El alcohol, tristemente, parece haber sido el catalizador de una discusión que escaló a niveles inimaginables. La convivencia, en lugar de ser un refugio, se transformó en un campo de batalla donde las palabras dieron paso a la violencia física. Imaginen la escena: la calle Quemada, esquina con Caleta, un escenario cotidiano que se tiñe de rojo. El hombre, según el reporte de la SSC, saca un arma de fuego de entre sus ropas y dispara, hiriendo a la mujer en el tórax. En un acto desesperado de defensa propia, la víctima, herida y aterrada, toma un cuchillo e hiere al agresor en la región occipital.
La rápida respuesta de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), alertados por el Centro de Comando y Control (C2) Sur, fue crucial. Al llegar al domicilio, encontraron a la mujer con la herida de bala y al agresor con lesiones visibles en el rostro. La imagen habla por sí sola: un arma de fuego corta, cuatro cartuchos útiles, uno percutido. Evidencias de una tragedia que pudo haber sido aún mayor. El arma, ahora en manos del Ministerio Público, se convierte en pieza clave de una investigación que busca esclarecer los hechos y determinar la situación jurídica del detenido. Mientras tanto, la mujer lucha por su vida en un hospital de especialidades, y el agresor, bajo custodia policial, recibe atención médica por sus heridas. ¿Qué futuro les espera? ¿Qué medidas se tomarán para prevenir que este tipo de situaciones se repitan? La justicia tiene la palabra.
Pero la violencia no se detiene ahí. En otro incidente, también en la alcaldía Benito Juárez, la sombra de la delincuencia se extiende hasta la colonia Portales Norte. Un hombre de 25 años, impulsado por la necesidad o la ambición, fue sorprendido in fraganti mientras intentaba sustraer 10 metros de cable de un registro de telefonía. Imaginen la escena: las calles Necaxa y Bulgaria, un hombre manipulando cables en actitud sospechosa. La oportuna intervención de los uniformados de la SSC, que realizaban labores de seguridad y vigilancia, frustró el delito. El hombre, sin poder acreditar la propiedad del cable, fue detenido y puesto a disposición del Ministerio Público. Su futuro, al igual que el de la pareja de la Narvarte, está ahora en manos de la justicia.
Estos dos incidentes, ocurridos en la misma alcaldía, nos obligan a reflexionar sobre la compleja realidad que vivimos. La violencia, en sus diferentes manifestaciones, acecha en las calles, en los hogares, recordándonos la importancia de la prevención, la atención a las víctimas y la aplicación de la ley. ¿Qué medidas podemos tomar como sociedad para construir un entorno más seguro? ¿Cómo podemos erradicar la violencia de nuestras vidas? Son preguntas que exigen respuestas urgentes, un compromiso colectivo para construir un futuro donde la paz y la seguridad sean la norma, no la excepción.
Fuente: El Heraldo de México