Un año después del triunfo electoral, el aire en México parece renovarse. La sombra del régimen de corrupción, que por tanto tiempo oscureció el horizonte nacional, comienza a disiparse, dando paso a una naciente prosperidad compartida. La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, desde la imponente cubierta del Buque ARM Juárez, en el corazón de la Octava Región Naval, proclamó con firmeza este cambio de rumbo. No se trata solo de palabras, sino de hechos tangibles, de una transformación profunda que, iniciada en 2018, busca poner al gobierno al servicio del pueblo, no de una élite privilegiada.

La libertad, ese principio fundamental de la democracia, se alza como bandera. La libertad de expresión, de prensa, de reunión, de movilización: derechos inalienables que este gobierno se compromete a garantizar. La fuerza del Estado, lejos de ser instrumento de represión, se erige como protectora del pueblo. Un mensaje claro y contundente: la democracia es el camino, el respeto a los derechos humanos, la guía.

En medio de la solemnidad del Día de la Marina, el recuerdo de los caídos en cumplimiento de su deber conmovió a todos los presentes. Un homenaje sentido a los cadetes América y Yamiley Sánchez, y Adal Jair Marcos, jóvenes tripulantes del buque Escuela Cuauhtémoc, cuyas vidas se truncaron en el trágico accidente de Nueva York. Sus nombres, grabados en la memoria colectiva, son un recordatorio del sacrificio y la entrega de quienes sirven a la nación.

El almirante Raymundo Morales Ángeles y la Marina Armada de México recibieron el reconocimiento de la Presidenta por su lealtad y compromiso inquebrantable. La Marina, baluarte de la soberanía nacional, se erige como símbolo de la defensa y protección de los mares mexicanos.

A pesar de las turbulencias internacionales, la economía mexicana navega en aguas tranquilas. La inversión extranjera fluye a niveles récord, el desempleo se reduce, el salario mínimo alcanza su punto más alto en décadas, y la pobreza laboral disminuye a mínimos históricos. Datos alentadores que confirman el rumbo positivo del país. La construcción de los trenes Ciudad de México-Pachuca y Ciudad de México-Querétaro, junto con el tren de carga del Tren Maya y la línea Puerto Progreso, son ejemplos concretos de la inversión en infraestructura que impulsa el desarrollo nacional.

En este momento crucial de transformación, la Presidenta Sheinbaum Pardo nos invita a recordar nuestro origen, a no perder la brújula que nos guía hacia un futuro de prosperidad compartida. Olvidar de dónde venimos, sería perder el rumbo hacia dónde vamos. La ceremonia, engalanada con condecoraciones y vibrantes ejercicios militares como la interdicción marítima, el salto estático de paracaidistas y el asalto anfibio, fue un testimonio palpable del compromiso de las Fuerzas Armadas con la seguridad y la soberanía de México. Un futuro prometedor se dibuja en el horizonte, un futuro de progreso y justicia social para todos los mexicanos.