La jornada electoral para la renovación del Poder Judicial Federal en Nuevo León se desarrolló este 1 de junio con una tensa calma, marcada por contrastes entre la normalidad operativa en algunas zonas y incidentes aislados que pusieron de manifiesto la fragilidad del proceso. Si bien autoridades como el alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza, reportaron tranquilidad en las casillas de la capital regia hasta la tarde, la realidad en otros municipios pintó un panorama más complejo.

En Escobedo, un episodio de intento de robo de urna sacudió la aparente calma. Un hombre, presuntamente bajo los efectos del alcohol, fue detenido en la colonia Don Francisco tras intentar sustraer una urna electoral. El alcalde Andrés Mijes confirmó el incidente, aislándolo como el único registrado en su municipio. Sin embargo, la sola ocurrencia de este hecho abre interrogantes sobre la seguridad y la vulnerabilidad del proceso. Mijes, en un comentario que generó controversia, mencionó que los "acordeones" electorales son solo una guía para elegir a los candidatos previamente analizados, dejando entrever la posibilidad de una influencia externa en la decisión del voto. ¿Se refiere a un análisis individual por parte de los votantes o a una orientación preestablecida? La ambigüedad de la declaración da pie a diversas interpretaciones.

Mientras tanto, en la explanada de Los Héroes, frente al Palacio de Gobierno, la voz de la disidencia se alzó con fuerza. Alrededor de 400 personas, pertenecientes a los colectivos México Unido y Libres Pro México Nuevo León, manifestaron su rechazo al proceso electoral. Argumentaron la falta de legalidad en la elección de los futuros jueces y magistrados, cuestionando la transparencia y la legitimidad del sistema. Esta protesta evidencia la polarización existente en torno a la renovación del Poder Judicial y la desconfianza de un sector de la ciudadanía en las instituciones encargadas del proceso.

La baja participación ciudadana, otro elemento que marcó la jornada, se convirtió en tema de debate. El alcalde Adrián de la Garza atribuyó la escasa afluencia a la poca difusión del proceso electoral. Sus proyecciones, que estimaban una participación de entre el 6% y el 20%, reflejan la apatía y el desconocimiento generalizado sobre la importancia de esta elección. ¿Fue la falta de difusión la única causa de la baja participación o existen otros factores que influyeron en la decisión de los ciudadanos de abstenerse de votar? La complejidad del sistema judicial, la desconfianza en la política y la percepción de lejanía entre el Poder Judicial y la ciudadanía podrían ser algunos de los elementos que explican esta tendencia.

En definitiva, la jornada electoral del 1 de junio dejó un saldo de claroscuros. Si bien en algunas zonas el proceso transcurrió con relativa normalidad, los incidentes aislados, la protesta ciudadana y la baja participación revelan la existencia de profundas grietas en el sistema. La renovación del Poder Judicial Federal, un pilar fundamental para la democracia y el Estado de derecho, requiere una reflexión profunda sobre los mecanismos que garanticen la transparencia, la participación ciudadana y la legitimidad del proceso.