
1 de junio de 2025 a las 09:10
De la Garza: ¿Freno al ciclismo mexicano?
El brillante desempeño de Isaac del Toro en el Giro de Italia, conquistando la maglia rosa y un lugar en el podio a sus escasos 21 años, nos llena de orgullo y esperanza. Sin embargo, este triunfo, tan resonante como inspirador, contrasta agudamente con el desolador panorama que atraviesa el ciclismo nacional. La hazaña de Del Toro se erige, no gracias al apoyo de una federación sólida y eficiente, sino a pesar del caos y la desorganización que la han carcomido. Nos preguntamos, ¿cuántos talentos como Isaac se están perdiendo en el laberinto de la incompetencia y la corrupción?
La crisis que sacude a la federación, con el desconocimiento de Edgardo Hernández por la UCI y la imposición de Gerardo Langarica por la Conade –una decisión rechazada tanto por la UCI como por el COM–, revela una profunda falta de liderazgo y transparencia. Se juega con el futuro de nuestros atletas, se hipoteca su desarrollo, mientras los organismos rectores se enfrascan en disputas de poder. La urgencia de la UCI por una solución no es una simple llamada de atención, es un grito desesperado ante la inminente debacle del ciclismo mexicano.
Y en medio de este escenario desolador, surge la figura de Bernardo de la Garza, exdirector de la Conade y ahora aspirante a la presidencia de la nueva federación. Un personaje con un historial político cuestionable, sin experiencia en el ámbito ciclista, que busca capitalizar el vacío de poder. Su modus operandi, movilizar a directivos estatales para asegurar su nombramiento, deja un sabor amargo. ¿Es este el tipo de liderazgo que necesita el ciclismo mexicano? ¿Un liderazgo basado en influencias políticas y no en mérito y conocimiento?
La gestión de De la Garza al frente de la Conade, marcada por acusaciones de manejos turbios y el infame “diezmo” exigido a los municipios, no inspira confianza. Si bien los resultados olímpicos de ese periodo fueron destacables, el crédito recae en figuras como Vladimir Ortiz, el verdadero artífice del éxito. De la Garza, amparado por figuras como Felipe Calderón y Mario Vázquez Raña, representa la vieja política que tanto daño ha hecho al deporte nacional.
Ante este panorama desolador, la pregunta es ineludible: ¿no hay en México alguien con la capacidad y la integridad para rescatar al ciclismo? ¿Alguien que pueda construir una federación transparente y eficiente, que apoye a los jóvenes talentos y les brinde las herramientas para alcanzar su máximo potencial? El triunfo de Isaac del Toro es un recordatorio de la grandeza que puede alcanzar el ciclismo mexicano, pero también una dolorosa evidencia de lo mucho que se está perdiendo por la falta de un liderazgo genuino y comprometido. No podemos permitir que el futuro de este deporte quede en manos de la politiquería y la corrupción. Es hora de exigir un cambio, de apostar por la transparencia y la excelencia. El ciclismo mexicano, y nuestros atletas, se lo merecen.
Fuente: El Heraldo de México