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31 de mayo de 2025 a las 09:10

Tu Voto, Tu Futuro.

El próximo domingo, 1° de junio de 2025, se presenta ante nosotros una decisión crucial, una encrucijada en el camino de la justicia en México: la primera jornada electoral para elegir a las personas que ocuparán las sillas del poder judicial. Un panorama complejo, cargado de matices y de interrogantes, donde las certezas parecen difuminarse entre las sombras de la especulación y la esperanza de un cambio verdadero.

Dos corrientes de pensamiento dominan el discurso colectivo. Por un lado, la resignación ante lo inevitable, la creencia de que los dados ya están echados y que el resultado de esta elección es un mero trámite, una confirmación de lo que ya está escrito. "Solo falta confirmarlo", susurran las voces del escepticismo, convencidas de que la voluntad popular es un eco apagado en los pasillos del poder.

Por otro lado, se alza la voz de quienes aún conservan la llama de la esperanza democrática, quienes creen en la fuerza transformadora del voto y en la posibilidad de un futuro diferente. Para ellos, esta elección representa una genuina oportunidad para incidir en el rumbo de la justicia, para elegir a quienes, con integridad y capacidad, defenderán los derechos de todos los mexicanos.

Sin embargo, entre estos dos extremos, se abre una tercera vía, un camino intermedio que nos invita a repensar nuestra participación en este proceso electoral. Se trata de la posibilidad de un voto estratégico, un voto consciente que, aún reconociendo la influencia de factores preestablecidos, busca maximizar el impacto de la voluntad ciudadana.

¿Ir o no ir a votar? Esa es la pregunta que resuena en la mente de muchos, una disyuntiva que pone a prueba nuestras convicciones democráticas. La abstención, como forma de protesta, como rechazo a un sistema percibido como manipulado, se presenta como una opción válida para quienes se niegan a convalidar una elección predirigida.

Pero también existe la opción de participar, de ejercer nuestro derecho al voto, no como una muestra de conformidad, sino como una herramienta de cambio, como una forma de apoyar a aquellos perfiles que, dentro del marco existente, consideramos los más idóneos, los más capaces de impartir justicia con equidad y transparencia.

Y aquí es donde entra en juego el concepto del voto híbrido, una estrategia que nos permite navegar en la complejidad de este escenario electoral. Se trata de votar, no por una lista predefinida, sino por las personas en lo individual, evaluando sus trayectorias, sus capacidades y su compromiso con la justicia. Un voto selectivo, un voto informado, un voto que busca, dentro de las limitaciones existentes, maximizar el impacto de nuestra participación ciudadana.

Baja California presenta un caso particular, una peculiaridad en el sistema de votación que merece nuestra atención. La inclusión de las "Candidaturas Comunes" en la boleta electoral, un bloque de candidatos propuestos por los tres poderes del estado, nos obliga a ser aún más cuidadosos a la hora de ejercer nuestro derecho al voto. Marcar ese recuadro único implica votar por todos los nombres incluidos en él, una decisión que debe ser tomada con plena conciencia de sus implicaciones.

Ante este panorama, las opciones son claras: la abstención, como una forma de protesta silenciosa; el voto por las candidaturas preestablecidas, como una aceptación del statu quo; o el voto híbrido, como una apuesta por el cambio dentro del sistema.

Sea cual sea la decisión que tomemos, es fundamental que lo hagamos de forma informada, conociendo a los candidatos, analizando sus propuestas y evaluando su idoneidad para ocupar los cargos a los que aspiran. El futuro de la justicia en México está en nuestras manos. Este domingo, cada voto cuenta.

Finalmente, no olvidemos la complejidad del sistema judicial que se nos presenta en esta elección. Desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación hasta los jueces locales, pasando por los magistrados de los tribunales electorales y de disciplina judicial, la responsabilidad que recae sobre nuestros hombros es enorme. Informémonos, analicemos y votemos con conciencia. El futuro de la justicia en México depende de ello.

Fuente: El Heraldo de México