
31 de mayo de 2025 a las 06:00
Tragedia en Santa Catarina: Video del derrumbe
La tensión se palpaba en el aire. Los murmullos nerviosos se mezclaban con los siniestros crujidos que emanaban del techo de la nave industrial en Rincón de las Palmas, Santa Catarina. Las cámaras de los celulares, empuñadas por manos temblorosas, documentaban la escena, una crónica en tiempo real de la catástrofe que se avecinaba. Algunos, con la voz entrecortada por la preocupación, advertían del peligro inminente, señalando las grietas que se extendían como telarañas por la estructura superior. La premonición se materializó en un estruendo ensordecedor. El techo cedió, desplomándose como un castillo de naipes ante la mirada atónita de los trabajadores. La polvareda se elevó, creando una densa nube que lo envolvía todo en un manto de incertidumbre. En medio del caos, la prioridad era clara: escapar. La estampida hacia la planta baja, la adrenalina bombeando en las venas, la certeza de haber escapado por poco de una tragedia…
Afuera, el panorama era desolador. La furia de la naturaleza se hacía patente en los intensos vientos que azotaban la zona, un recordatorio brutal de la fuerza implacable de los elementos. La escena se completaba con la llegada de las sirenas, el rojo y azul de las luces de emergencia cortando la grisácea tarde. Protección Civil, con la eficiencia que caracteriza a los equipos de primera respuesta, se desplegó rápidamente, acordonando la zona y comenzando las labores de evaluación. El reloj marcaba entre las 13:30 y las 14:30 horas, un lapso que quedará grabado en la memoria de los presentes como el momento en que la rutina laboral se transformó en una pesadilla.
Equitek, la empresa afectada, especializada en la fabricación de maquinaria para empaque, se convertía en el epicentro de la noticia. Noventa trabajadores, el motor de esta industria, fueron evacuados, sus rostros reflejando el shock y la incertidumbre. Afortunadamente, y según los primeros reportes, no se registraron heridos. Sin embargo, el silencio oficial sobre las causas del colapso y la magnitud real de los daños alimenta la especulación y la angustia. ¿Fue la fuerza del viento? ¿Un fallo estructural previo? ¿La combinación fatal de ambos factores? Las preguntas flotan en el aire, a la espera de las respuestas que solo una investigación exhaustiva podrá proporcionar.
Mientras tanto, la imagen del techo derrumbándose, grabada en la retina de los testigos y multiplicada en las redes sociales, se convierte en un símbolo, un crudo recordatorio de la importancia de la seguridad en el ámbito laboral y de la necesidad de estar preparados ante la imprevisibilidad de los eventos. La comunidad espera con ansias el comunicado oficial, esperando la confirmación de que, a pesar de la magnitud del desastre, la vida, el bien más preciado, se ha salvado.
Fuente: El Heraldo de México