La angustia que se respiraba en Zacatepec, Morelos, desde la desaparición de Lineker Emiliano Salgado Abrego el pasado 28 de mayo, se ha transformado en un dolor profundo e incontenible. La confirmación del hallazgo sin vida del joven de tan solo 14 años ha conmocionado a toda la comunidad, dejando un vacío irreparable en el corazón de sus familiares y amigos. El recuerdo de Lineker, visto por última vez conduciendo una cuatrimoto, se convierte ahora en un símbolo de la fragilidad de la vida y la imperiosa necesidad de respuestas.

La incertidumbre que rodeó la desaparición de Lineker durante estos días mantuvo en vilo a todo el municipio. Cada rincón de Zacatepec parecía guardar silencio, esperando alguna noticia, algún indicio que arrojara luz sobre el paradero del adolescente. La esperanza, aunque menguante con el paso de las horas, se aferraba a la posibilidad de un reencuentro. Familiares, amigos y vecinos se unieron en una cadena de solidaridad, difundiendo la imagen de Lineker en redes sociales, pegando carteles con su fotografía y recorriendo las calles con la angustia grabada en sus rostros.

La manifestación del pasado jueves sobre la carretera Zacatepec-Emiliano Zapata fue un grito desesperado que resonó en la región. La exigencia de una investigación exhaustiva por parte de las autoridades era palpable en cada pancarta, en cada voz que se alzaba reclamando justicia y verdad. La comunidad, unida por el dolor y la incertidumbre, demandaba respuestas, exigía que se esclarecieran las circunstancias que rodearon la desaparición de Lineker. ¿Qué sucedió aquel 28 de mayo? ¿Qué caminos recorrió la cuatrimoto que conducía? ¿Quiénes son los responsables de este trágico desenlace?

Ahora, con la confirmación de su fallecimiento, la exigencia de justicia se intensifica. La comunidad de Zacatepec clama por una investigación transparente y eficaz que permita esclarecer los hechos y llevar ante la justicia a los responsables de este crimen que ha enlutado a todo un pueblo. El recuerdo de Lineker, su sonrisa, su alegría, su futuro truncado, se convierte en el motor de una lucha que busca no solo justicia para él, sino también seguridad y tranquilidad para todos los habitantes del municipio.

La tragedia de Lineker Emiliano nos recuerda la vulnerabilidad de nuestros jóvenes y la importancia de trabajar juntos como comunidad para protegerlos. Es un llamado a la reflexión sobre la seguridad en nuestras calles, sobre la necesidad de fortalecer los lazos comunitarios y sobre la importancia de estar alerta ante cualquier situación que pueda poner en riesgo la vida de nuestros niños y adolescentes. La memoria de Lineker debe ser un impulso para construir un Zacatepec más seguro, un lugar donde las familias puedan vivir sin miedo y donde la infancia sea protegida y respetada.

El dolor que hoy embarga a Zacatepec es inmenso. Pero en medio de la tristeza, la comunidad se mantiene unida, exigiendo justicia y buscando respuestas. La lucha por la verdad apenas comienza, y el recuerdo de Lineker Emiliano Salgado Abrego será la fuerza que impulse a la comunidad a no desistir hasta que se haga justicia. Que su memoria sea una luz que guíe el camino hacia un futuro más seguro para todos los niños y jóvenes de Zacatepec y de todo Morelos.