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31 de mayo de 2025 a las 05:40

¡Selfie casi fatal! 🐅

La tranquilidad del santuario Tiger Kingdom en Phuket, Tailandia, se vio abruptamente interrumpida el pasado 29 de mayo. Un turista, deseoso de capturar el momento perfecto junto a un majestuoso tigre, se convirtió en la víctima de un ataque inesperado, desatando una oleada de controversia sobre el turismo que promueve la interacción cercana con animales salvajes.

El incidente, capturado en un video de escasos 25 segundos que rápidamente se viralizó en redes sociales, muestra al turista, vestido con una playera celeste y pantalones estampados, caminando junto al tigre encadenado. Acompañado por un cuidador del santuario, el hombre acaricia al animal con aparente tranquilidad. Al detenerse para la anhelada selfie, agachándose cerca del tigre, el cuidador realiza un movimiento que parece perturbar al felino. En un instante, el tigre se abalanza sobre el turista arrodillado, generando una escena impactante para los presentes que grababan la interacción.

La difusión del video, bajo el hashtag #TigerAttack, ha generado una intensa discusión en línea. Mientras algunos expresan asombro y preocupación por el turista, otros cuestionan la ética de este tipo de turismo que permite a los visitantes interactuar tan cercanamente con animales potencialmente peligrosos, exponiéndolos a riesgos innecesarios en la búsqueda de una experiencia "única". La prensa local asiática reporta que el turista, cuya identidad aún se desconoce, sufrió heridas leves y se encuentra fuera de peligro. Sin embargo, el incidente reaviva el debate sobre la seguridad y el bienestar animal en este tipo de atracciones.

Organizaciones defensoras de los derechos de los animales han aprovechado el incidente para reiterar sus preocupaciones. Señalan que la práctica de permitir a los turistas posar, alimentar y acariciar a tigres, irrumpe en la tranquilidad de estos animales y los somete a un estrés constante. Además, denuncian que, en algunos casos, los tigres son sedados para evitar ataques durante estas interacciones, una práctica que compromete aún más su salud y bienestar.

Este incidente en Tiger Kingdom no es un caso aislado. Numerosos santuarios y atracciones turísticas que ofrecen contacto directo con animales salvajes han sido objeto de críticas por parte de activistas y expertos, quienes argumentan que estas prácticas priorizan el entretenimiento humano por encima del bienestar animal. La pregunta que surge es: ¿Vale la pena arriesgar la vida humana y comprometer la salud de estos magníficos animales por una foto? ¿Es el turismo de selfies con animales salvajes una práctica sostenible y ética? El debate continúa abierto, y el incidente en Phuket sirve como un recordatorio de la necesidad de replantear nuestra relación con la vida silvestre y la forma en que interactuamos con ella. El futuro del turismo responsable exige un equilibrio entre la experiencia humana y la preservación de la naturaleza.

Fuente: El Heraldo de México