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31 de mayo de 2025 a las 06:55

Morena: ¿Fracaso en seguridad infantil?

La sombra del crimen organizado se extiende como una mancha oscura sobre el futuro de México, mancillando la inocencia de nuestros niños y niñas. El reciente reportaje de Reuters, que revela el sistemático reclutamiento de menores por parte de los cárteles, no es solo una noticia, es una bofetada de realidad que nos obliga a confrontar la monstruosa dimensión de la crisis de seguridad que vivimos. No podemos, no debemos, normalizar la imagen de un niño con un arma en la mano, un niño a quien le han robado la infancia, la posibilidad de soñar, de jugar, de crecer en un ambiente de paz y seguridad.

La historia de "Sol", una niña reclutada a los nueve años y obligada a participar en secuestros y asesinatos, nos hiela la sangre. Es un testimonio desgarrador que nos muestra la crueldad sin límites de estas organizaciones criminales, su desprecio por la vida humana, y su habilidad para explotar la vulnerabilidad de los más pequeños. ¿Cómo es posible que una niña de esa edad, en lugar de estar aprendiendo a leer y escribir, esté aprendiendo a matar? ¿Cómo podemos, como sociedad, permitir que esto suceda?

La estrategia de "abrazos, no balazos" del gobierno de Morena, lejos de pacificar al país, ha creado un vacío de poder que los cárteles han aprovechado para expandir sus tentáculos. La impunidad rampante, la falta de oportunidades, la pobreza y la desintegración familiar son el caldo de cultivo perfecto para que estos grupos criminales recluten a niños y adolescentes, ofreciéndoles un falso sentido de pertenencia, una ilusoria promesa de poder y riqueza. Les ofrecen un escape de la miseria, una salida que, en realidad, es un camino sin retorno hacia la violencia y la muerte.

No se trata solo de endurecer las penas, como propone la Senadora Carolina Viggiano, aunque sin duda es un paso necesario. Se necesita una estrategia integral, un plan de acción a largo plazo que ataque las raíces del problema. Necesitamos invertir en educación, en programas sociales que brinden oportunidades a las familias, en servicios de salud mental para atender a las víctimas de la violencia. Necesitamos reconstruir el tejido social, fortalecer las instituciones y, sobre todo, recuperar la confianza en las autoridades.

La lucha contra el crimen organizado no se puede ganar solo con balas. Necesitamos una estrategia inteligente, que combine la fuerza de la ley con la prevención, la inteligencia y la justicia social. Debemos arrebatarle a los cárteles el control de las comunidades, ofreciendo a los jóvenes alternativas reales, oportunidades de desarrollo, un futuro digno. Debemos devolverles la esperanza, la ilusión de un mañana mejor.

El futuro de México está en juego, y ese futuro se construye protegiendo a nuestros niños y niñas. No podemos permitir que el crimen organizado les robe la infancia, les arrebate los sueños y les condene a una vida de violencia. Es nuestra responsabilidad, como sociedad, como gobierno, como individuos, protegerlos y garantizarles un futuro seguro y en paz. La historia de "Sol" no puede repetirse. No debemos permitir que la oscuridad se apodere de nuestras calles, de nuestras casas, de nuestros corazones. La luz de la esperanza debe brillar más fuerte que nunca.

Fuente: El Heraldo de México