
31 de mayo de 2025 a las 03:00
México y EUA: ¿Adiós al impuesto a remesas?
La sombra de un nuevo impuesto del 3.5% sobre las remesas enviadas desde Estados Unidos a México se cierne sobre millones de familias, generando una palpable tensión en la relación bilateral. En este contexto crucial, la reciente conversación telefónica entre el canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, y el secretario del Departamento de Estado estadounidense, Marco Rubio, se convierte en un faro de esperanza en medio de la incertidumbre. Más allá de un simple intercambio diplomático, esta llamada representa un intento por tender puentes y encontrar soluciones en un tema que toca las fibras más sensibles de ambas naciones.
Imaginen por un momento el impacto que tendría este gravamen en la vida de millones de mexicanos que dependen de las remesas como un salvavidas económico. Para muchos, estos envíos no son un lujo, sino una necesidad vital que permite cubrir gastos básicos como alimentación, vivienda, educación y salud. Recordemos que en 2024, México recibió la asombrosa cifra de 63 mil millones de dólares en remesas, una cantidad que supera incluso a los ingresos generados por las exportaciones petroleras y el turismo. Estamos hablando de una inyección económica crucial para el país, un motor que impulsa el desarrollo y la estabilidad de innumerables comunidades.
El canciller De la Fuente, con la firmeza que exige la situación, ha dejado claro que este impuesto no solo afectaría la economía nacional, sino también los derechos e intereses de los trabajadores migrantes mexicanos que, con su esfuerzo y dedicación, contribuyen significativamente a la economía estadounidense. Estos hombres y mujeres, que a menudo enfrentan condiciones difíciles lejos de sus hogares, envían su dinero con la esperanza de mejorar la vida de sus familias, no para que se les impongan cargas adicionales.
La próxima visita de una delegación de legisladores mexicanos a Washington D.C. se presenta como una oportunidad clave para profundizar el diálogo y buscar soluciones conjuntas. Este encuentro cara a cara permitirá a los representantes mexicanos exponer directamente sus preocupaciones a sus contrapartes estadounidenses y abogar por la protección de los derechos de los migrantes. En un año marcado por la creciente importancia de la cooperación en seguridad, migración y comercio, la diplomacia se erige como la herramienta fundamental para evitar decisiones unilaterales con consecuencias transfronterizas.
Si bien la tensión en torno al impuesto a las remesas es innegable, la conversación entre De la Fuente y Rubio también ha dejado espacio para el reconocimiento de los avances logrados por México en materia migratoria y de seguridad, especialmente en el combate al tráfico de armas, una preocupación compartida por ambos países. Este punto de encuentro, aunque no resuelve la problemática central, sí demuestra la voluntad de ambas partes de mantener un enfoque conjunto en temas de interés mutuo.
La coincidencia en la necesidad de seguir trabajando de forma coordinada, a través de los equipos diplomáticos y técnicos, refuerza el compromiso de mantener abiertas las vías del diálogo, incluso en momentos de discrepancia. La diplomacia, en su esencia, se trata de encontrar puntos de encuentro, de construir puentes en lugar de muros. En un contexto político que se acerca a la efervescencia de las elecciones en ambos países, la capacidad de dialogar y encontrar soluciones compartidas se vuelve aún más crucial.
México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), ha reafirmado su compromiso de defender el derecho de sus connacionales a enviar dinero sin obstáculos innecesarios. El país se prepara para activar todos los mecanismos diplomáticos a su alcance para evitar que prospere esta iniciativa que afectaría directamente a más de 11 millones de personas de origen mexicano que viven y trabajan en Estados Unidos. En este escenario complejo, la diplomacia se convierte no solo en una herramienta, sino en una necesidad imperante para proteger los intereses de millones de familias y preservar la estabilidad de la relación bilateral.
Fuente: El Heraldo de México